Se busca desmitificar el
agua como fuente alimentaria de
sodio y promover su mayor consumo. En una
encuesta reciente a
profesionales de
salud y
nutrición se halló que más de la mitad (55%) indicaba a
sus pacientes una
conducta restrictiva en relación al
sodio de las aguas en situaciones clínicas en que no era necesario. La misma
Organización Mundial de la Salud (
OMS) indicó que no está demostrada una
asociación entre el contenido de
sodio de las aguas y la ocurrencia de
hipertensión, y la irrelevancia del
sodio del
agua como
factor de riesgo de sobreingesta.