ABSTRACT
La relación médico-paciente, por centrarse en uno de los aspectos más importantes del hombre como lo es la salud, se ha ido ampliando poco a poco al ámbito de las leyes, el mercado y la política. Sin embargo, no puede negarse que detrás de cada relación humana hay una visión de lo que es el hombre y el sentido de la vida, el dolor, la muerte. Frente a esta relación médico-paciente nos encontramos con una serie de fenómenos que se han ido dando en el último tiempo y que se traducen, por ejemplo, en la situación de enfermos que no son pacientes porque no pueden acceder a las prestaciones médicas y, por otro lado, la de quienes sí lo hacen aún cuando no están realmente enfermos. Detrás de este fenómeno existe una visión antropológica que deriva en concebir al médico como un prestador de servicios y al paciente como un cliente, originándose una relación contractual y no una relación de tipo personal. Asimismo existen factores culturales que median entre el médico y el paciente tales como: la posesión de un equivocado significado de lo que es la libertad, porque hay un rechazo de la verdad objetiva; una excesiva juridización de la medicina, poniéndose cada vez más atención en evitar problemas judiciales que en la conciencia moral que debe regir el acto; la intromisión de intereses que no son particularmente médicos, desluciendo al paciente como centro de la relación médico-paciente y, una visión social del hombre que ha sido opacada por una más individualista. El desarrollo de una profesión está sujeta a la posibilidad del servicio y tal debe ser la motivación del actuar médico. Ello debe ser acompañado de una adecuada reflexión sobre la enfermedad y el enfermo y del reconocimiento que el hombre goza de trascendencia, lo cual se extiende más allá de todo ámbito temporal dentro del que se sitúa la medicina