ABSTRACT
La primera línea de tratamiento en el manejo de las dislipoproteinemias es la intervención nutricional y ésta debe mantenerse aunque el paciente requiera una intervención farmacológica posteriormente. Para lograr que los pacientes realicen cambios en su dieta y la mantegan por largo tiempo, es importante que el paciente y su grupo familiar integran nuevos hábitos nutricionales en su estilo de vida. El papel del nutricionista es lograr instruir al paciente para que la ingesta diaria de ácidos grasos saturados, colesterol y azúcares simples se reduzca, y logre mantener el peso adecuado para su estatura. La intervención nutricional ayudará a reducir las concentraciones de lípidos y lipoproteínas, a disminuir el riesgo de pancreatitis y a prevenir el desarrollo de la enfermedad coronaria.