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Salud ment ; 33(4): 309-316, jul.-ago. 2010. tab
Article in English | LILACS-Express | LILACS | ID: lil-632784

ABSTRACT

Introduction Although Spanish adolescents recognize that reiterative alcohol abuse has negative consequences over consumers and society in general, the percentages of teenagers who get drunk during the weekends keep alarming high. Young people are exposed to a wide range of messages about the externalities related to alcohol consumption whose connotation and importance are divergent. Our main goal is to analyze which channels are the most effective to reduce alcohol abuse. To that end, we focus on a theoretical framework which combines the forming of risk perceptions with the decision of consuming alcoholic beverages. We focus on young people because alcohol consumption patterns consolidate in adolescence and adolescents are also highly sensitive to peerpressure, and in general, to social forces. Materials and methods The main contribution of this paper lies in analyzing how the different sources of information (relatives, friends, teachers, official organism, mass media, seminars, hooked people and publications) configure risk perceptions. To address the issue of endogeneity between risk perception and risky behaviors, we consider a simultaneous equation system, and to analyze the robustness of the results, we carry out two more different specifications: a model in which these endogenous variables are included but treated as exogenous and a model in which these variables are excluded. We have drawn sub-populations of 21344, 26530 and 25521 high-school students from the Spanish National Surveys on Drug Use in the School Population 2000, 2002 and 2004. We have also used the Harmonised Consumer Price Indexes (HCPI) as a proxy of the alcoholic beverages' prices. These indexes, provided by the Spanish National Statistical Institute, are statistical measures which summarize the evolution of the acquisition capacity of the resident population in Spain to buy alcoholic drinks across Spanish provinces (n = 50). Because these indexes also compute for geographical and temporal differences (for example, some Spanish provinces are important wine producers or some years have been specially good or bad for the agricultural sector given weather or economic conditions), we have introduced time and geographical dummy variables in order to control for these two dimensions. Results Our results validate the theoretical framework. The riskier the students consider the consumption of alcoholic beverages, the lower is their alcohol demand. This empirical evidence is fundamental in justifying the design of public polices oriented to inform young people about the real risks of consuming drugs. This paper also brings to light that the most effective channels to inform young people are official organisms, parents and siblings, mass media, talks and seminars, and teachers. The other way around, friends seem to exert a negative influence. The main conclusion we draw from these results is that alcohol consumption is a social issue. To design effective anti-drug policies, we have to take into account adolescents' social environments: families, friends and schools, among others. It is fundamental to inform parents and teachers, and in general to reach the highest population section as possible. The good piece of news is that people who surround adolescence are getting more and more involved with their education; parents and teachers are sharing the responsibility of informing adolescents about drugs.


Introducción Aunque los jóvenes españoles reconocen que el abuso reiterado de bebidas alcohólicas tiene consecuencias negativas sobre los propios consumidores y la sociedad en general, el porcentaje de adolescentes que se emborrachan durante los fines de semana se mantiene preocupantemente elevado. Los jóvenes están expuestos a una amplia variedad de mensajes sobre las drogas cuya importancia y significado pueden ser divergentes. Nuestro principal objetivo es analizar qué canales son los más efectivos para reducir el abuso de alcohol. Para ello, nos centramos en un marco teórico que combina la formación de las percepciones de riesgo con la decisión de consumir bebidas alcohólicas. El motivo por el que nos centramos en los jóvenes es por representar el grupo poblacional más vulnerable en relación con la experimentación con las drogas. Esta vulnerabilidad es consecuencia de dos factores principales. Por un lado, los patrones de consumo de las drogas se consolidan en la adolescencia, y por otro, los adolescentes son especialmente vulnerables a la presión del grupo de iguales. El alcohol cumple un papel primordial en la experimentación con las sustancias adictivas, pues su abuso representa un paso previo al consumo de otras drogas más duras. Datos y método La principal contribución de este artículo radica en analizar cómo las diferentes fuentes de información (familiares, amigos, profesores, organismos oficiales, medios de comunicación, seminarios, personas con problemas de adicción y publicaciones) configuran la percepción de riesgo. La muestra poblacional consta de 21344, 26530 y 25521 estudiantes de secundaria procedentes de las Encuestas sobre Drogas a la Población Escolar 2000, 2002 y 2004. También hemos empleado el Índice de Precios Armonizado (IPCA) como una aproximación de los precios de las bebidas alcohólicas. Estos índices de precios, proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística, son medidas estadísticas que resumen la capacidad de compra de los ciudadanos residentes en las distintas provincias españolas (n=50). Por lo tanto, estos índices también recogen diferencias temporales y espaciales (como que una provincia sea productora de vino o que en un año hubiera una mala cosecha de uva), por lo que introdujimos variables ficticias temporales y geográficas que controlen dichos efectos. Para abordar el tema de la endogeneidad entre la percepción de riesgo y los comportamientos arriesgados, consideramos un sistema de ecuaciones simultáneas, y para analizar la robustez de los resultados, llevamos a cabo dos especificaciones adicionales: un modelo en que las variables potencialmente endógenas son incluidas pero tratadas como exógenas, y otro modelo en que son excluidas. Resultados Nuestros resultados validan las hipótesis teóricas, pues encontramos evidencia empírica de que los estudiantes que consideran las bebidas alcohólicas más perniciosas, las demandan menos. Este resultado es fundamental para justificar el diseño de políticas públicas orientadas a informar a los jóvenes sobre el riesgo real de consumir drogas. Este artículo también demuestra que las fuentes de información más efectivas para los jóvenes son los organismos oficiales, los padres y hermanos, los medios de comunicación, las charlas y seminarios, y los profesores. Al contrario, los amigos ejercen una influencia negativa. La heterogeneidad no observada podría generar resultados desviados, en parte al menos en la relación subyacente entre las fuentes de información y las percepciones de riesgo de los estudiantes. Hemos analizado si las variables que determinan la formación de la percepción de riesgos, como las características socio-demográficas, pueden influir también en la tendencia a recibir información mediante canales diferenciales. La principal conclusión que extraemos de esta investigación es que los políticos deberían continuar ofreciendo campañas antidroga a la gente joven, prestando por ello atención a sus ambientes sociales: familias, amigos y colegios, principalmente. Es importante acceder al mayor número de estudiantes posible, pero también informar a sus padres y profesores. El argumento para el optimismo es que en España los padres y profesores se involucran cada vez más en la educación antidroga de los jóvenes.

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