ABSTRACT
El paciente portador del virus de inmunodeficiencia humana (HIV) debido a las características de la infección, se hace altamente suceptible a desarrollar en algún momento de su evolución, transtornos de índole mental. Podemos clasificar dichos transtornos con un fin didáctico en afecciones psico-sociales, alteraciones neuropsiquiátricas y complicaciones médico-somáticas. Dentro de los primeros tenemos a las personas que pertenecen a los llamados grupos de riesgo que presentan una alta morbilidad de patología mental previa a la infección. Al impacto de saberse afectado por una enfermedad potencialmente mortal, se añade un cambio abrupto en su condición social: automáticamente se convierte en un miembro de una minoría segregada, lo que lo hace aún más vulnerable psicológicamente. Desde el punto de vista neuropsiquiátrico, el virus ataca al sistema nervioso central produciendo lesiones estructurales y subestructurales cuya manifestación más característica es el llamado complejo de demencia del SIDA. Finalmente, desde la perspectiva médico-somática, las infecciones y tumores secundarios a la inmunodeficiencia pueden tomar el S.N.C. originando síntomas mentales. Algunas alteraciones fisiológico-metabólicas pueden originar síntomas psíquicos. Muchas de las drogas empleadas en el tratamiento de la infección viral o de sus consecuencias pueden tener efectos tóxicos sobre el S.N.C. Debido al distinto origen de los transtornos mencionados, el manejo terapéutico para cada caso será diferente. El reconocimiento adecuado del origen de estos transtornos permitirá un manejo más eficaz del problema y en muchos casos tratar directamente la causa