Your browser doesn't support javascript.
loading
Show: 20 | 50 | 100
Results 1 - 2 de 2
Filter
Add filters








Language
Year range
1.
Arch. alerg. inmunol. clin ; 41(1): 10-15, 2010.
Article in Spanish | LILACS | ID: biblio-965450

ABSTRACT

Los trastornos del olfato pueden causar serias consecuencias por la incapacidad de detectar señales olorosas de riesgo (humo, gases, alimentos en mal estado), y pueden afectar significativamente la nutrición y aun el comportamiento sexual. Estos trastornos tienen un impacto significativo en la calidad de vida de los pacientes. La hiposmia es una queja común entre los pacientes afectados por rinitis alérgica o no alérgica de larga data. En la consulta clínica por estas afecciones la pérdida del olfato es raramente explorada, centrándose la atención en los estornudos, rinorrea, congestión y prurito nasal. En la rinitis alérgica parece haber un continuo en la duración y severidad de la afección y la pérdida olfatoria, paralelo al grado de afectación rinosinusal. La pérdida olfatoria es mayor en los pacientes con rinitis no alérgica que en los afectados por rinitis alérgica estacional o perenne. En general los estudios no encuentran correlación entre la medición del grado de congestión nasal y la pérdida de olfato. En cambio existe mejor correlación con la inflamación eosinofílica. Los mecanismos subyacentes por los cuales la rinitis /rinosinusitis afectan el olfato probablemente sean multifactoriales, y podrían incluir la alteración del flujo aéreo y depósito de las sustancias olorosas, cambios en la composición del moco, y efectos de los mediadores inflamatorios en la diferenciación, maduración y función de las células receptoras. Las terapias actuales son efectivas en revertir la pérdida olfatoria solo parcial o transitoriamente. Los corticoides inhalados o sistémicos han probado ser parcialmente efectivos en mejorar el olfato en pacientes con rinitis alérgica.(AU)


Olfactory disorders can cause serious consequences from the inability to detect many olfactory warning signals (eg, smoke, spoiled food, and gas leaks) and can significantly impact nutritional status and even sexual behavior. Disorders of olfaction have significant quality of life impact. Hyposmia is a fairly common complaint in patients with long-continuing allergic or nonallergic rhinitis. Smell loss is often overlooked in the clinical setting of rhinitis, with attention instead focused on the respiratory complaints of nasal obstruction, hypersecretion, sneezing and nasal pruritus. There appears to be a continuum of duration and severity of olfactory loss in allergic rhinitis that parallels increasing severity of nasal-sinus disease. The nonallergic rhinitis patients' sense of smell was poorer than that of seasonal or perennial allergic rhinitis patients. Associations are generally lacking between measures of airway patency and olfactory function in this patients. The eosinophilic inflammation has a better correlation with the olfactory loss. The underlying mechanisms by which rhinitis/rhinosinusitis impact olfactory ability are likely to be multifactorial and might include altered air flow and odor deposition, changes in mucus composition, and effects of inflammatory mediators on receptor cell differentiation, maturation, or function. Current therapies are only partially or transiently effective in reversing olfactory loss. Inhaled and systemic steroids have been proved partially effective in improving olfactory function in patients with allergic rhinitis (AU)


Subject(s)
Humans , Animals , Guinea Pigs , Rats , Rhinitis , Rhinitis, Allergic , Olfaction Disorders , Smell
SELECTION OF CITATIONS
SEARCH DETAIL