ABSTRACT
La incidencia de enfermedad coronaria aumenta en el período postmenopáusico. El tratamiento hormonal se reemplazo (THR) reduce la morbimortalidad cardiovascular. La estrogenoterapia substutiva oral modifica las lipoproteínas plasmáticas; produce un descenso de las LDL y un aumento de las HDL y de las VLDL. La caída de la relación LDL/HDL explicaría parte del efecto cardioprotector de esta forma de THR. Los cambios óptimos de las fracciones lipídicas se obtiene con las dosis que habitualmente reducen la pérdida de masa ósea. Los gestágenos tienden a neutralizar el efecto de los estrógenos sobre la HDL, dependiendo del tipo y dosis. La THR transdérmica difiere de la oral en cuanto a efectos sobre el perfil lipídico. No todos los estudios dan cuenta de variaciones significativas de las lipoproteínas plasmáticas. Cuando ocurren, los cambios en las LDL y HDL se asemejan a los producidos por la vía oral; las VLDL no se modifican. Se mencionan las posibles explicaciones de esta discordancia. En la actualidad se carece de estudios que confirmen el efecto cardioprotector de la THR oral combinada con progestágenos, así como de la THR transdérmica, combinada o no. En ausencia de histerectomía se recomienda la adición de un gestágeno para prevención de carcinoma de endometrio. En mujeres histerectomizadas es aconsejable la estrogenoterapia sola. Cuando se considera en forma simultánea los efectos benéficos y adversos de la THR, el balance resulta favorable, principalmente como consecuencia de la reducción en la incidencia de cardiopatía isquémica