ABSTRACT
La literatura médica, y en particular la referida al área cardiovascular, ha contado con excelentes y brillantes aportes, tanto de autores extranjeros como nacionales. Hasta la década de los cincuenta, la semiología cardiovascular que se enseñaba y se prcticaba en nuestro país, era la de la escuela francesa, sitio donde se formaron nuestros maestros; y todavía recordamos la acuciosidad y la prolija metodología de ellos, cuando durante la revista a los pacientes hospitalizados, hacían un modesto alarde de sus facultades, y nos deslumbraban, con justa razón, de sus habilidades y conocimientos. El avance de la investigación tecnológica en los últimos años, con la aparición de novedosas técnicas, cada una de ellas más deslumbrantes, clarificantes por otra parte de una serie de hechos que desafían la capacidad de los sentidos, ha traído como consecuencia que nuestros estudiantes y profesionales, tengan tendencia a la apresurada y a veces innecesaria utilización de estos métodos, que siendo de indudable utilidad, no reemplazan ni sustituyen la información que puede ser suministrada por la juiciosa y adecuada aplicación de una semiología cardíaca, efectuada con constansia y aplicación, apoyados sobre conceptos fisiopatológicos, los cuales permiten ser corroborados posteriormente con la utilización de algunos de estos métodos, pero en forma alguna, acudir a ellos en una primera instancia, como elementos diagnóstico de primera opción, alejándose de la manera más elemental y afortunada de lo que constituye y representa el arte de la medicina