ABSTRACT
La PCR ha alcanzado en el último el rango de técnica rutinaria de aplicación clínica en muchos centros gracias al desarrollo de nuevos métodos, más rápidos y precisos que los descritos hasta antes de 1970. Es requisito esencial para su utilización eficaz, contar con un método cuantitativo rápido, como la turbidimetría o la nefelometría. Se ha reunido suficiente evidencia relativa a su efectividad en el diagnóstico y seguimiento de la infección neonatal, reconociendo sus limitaciones en cuanto a la precocidad y variabilidad según el agente infectante, pero asimismo pensamos que su alta especificidad y moderada sensibilidad la hacen superior a otros métodos de rastreo de infección utilizados hasta ahora. La PCR presenta su máxima utilidad con pacientes que sufren enfermedades febriles mal definidas, sugerentes de infección bacteriana, o condiciones que implican mayor riesgo de infecciones bacterianas sistémicas, por ejemplo inmunodepresión. La PCR no debe ser utilizada como único antibiótico, sino como elemento complemantario en la evaluación global del paciente