ABSTRACT
El presente trabajo tiene por objetivo evaluar la evolución post-operatoria de un grupo de pacientes de nuestro servicio con hemorragia subaracnoidea (HSA) y portadores de aneurismas cerebrales, a los cuales se les realizó clipado microquirúrgico. Durante el período comprendido entre marzo de 2009 y abril de 2010, Se realizó, en el Hospital de Alta Complejidad en Red "El Cruce" S.A.M.I.C., el seguimiento retrospectivo de pacientes que fueron diagnosticados por HSA en primera instancia y luego de confirmada la etiología aneurismática, fueron clipados. El número de pacientes incluidos para este estudio fue de 27 (N 27). El número de aneurismas clipados fue de 30. Los pacientes fueron clasificados al ingreso mediante las escalas de Glasgow y Hunt-Hess como predictores de mortalidad; y Fisher como predictor de riesgo de vasoespasmo. Luego del tratamiento quirúrgico e inmediatamente previo al alta, se reclasificó a los pacientes mediante la escala de Glasgow al alta - "Glasgow outcome scale" (GOS). El seguimiento se realizó mediante GOS a cada paciente, a los 30 días, 6 y 12 meses. Debido a nuestros resultados (7% de mortalidad) creemos que es importante jerarquizar a la microcirugía-clipado de los aneurismas cerebrales, para pacientes con regular a buen estado neurológico (Hunt-Hess 3 o menos), siendo por ello, el clipado de los aneurismas cerebrales rotos, nuestra primera opción terapéutica.
Subject(s)
Postoperative Care , Subarachnoid Hemorrhage , Surgical Staplers , AneurysmABSTRACT
Objetivo: el manejo quirúrgico de los pacientes embolizados con coils plantea un problema ya que las cirugías en estos casos suelen ser más complejas. Material y métodos: presentamos siete pacientes embolicados, seis mujeres y un varón, operados entre abril del 2009 y septiembre de 2010, con un rango de edad entre 32 y 56 años (media 46) que requirieron posteriormente cirugía. Las cirugías fueron realizadas en el Hospital El Cruce y en otros tres centros quirúrgicos, por lo tanto el tratamiento endovascular fue realizado por diferentes equipos. Los aneurismas tratados fueron 2 comunicantes anteriores, 3 comunicantes posteriores y 2 Silvianos. Resultados: no hubo mortalidad en esta serie. Una paciente presentó un infarto frontal postoperatorio. Uno de los aneurismas presentó una rama a nivel del cuello aneurismático, por lo que solo fue posible reducir el cuello con un clip fenestrado y uno recto y empaquetar el aneurisma. En tanto que el clipado microquirúrgico en el resto de los aneurismas se logró con éxito. Conclusión: el manejo quirúrgico de los aneurismas previamente embolizados es un desafío emergente en la práctica neuroquirúrgica. La cirugía de un aneurisma embolizado es técnicamente más compleja y potencialmente más riesgosa para el paciente. Creemos que es fundamental una correcta selección de pacientes y una cuidadosa planificación del tratamiento para disminuir la incidencia de pacientes embolizados que requieran luego tratamiento quirúrgico.