ABSTRACT
Objective: To assess the effectiveness of a cognitive-behavioral therapy-based intervention (Superwellness Program) on weight gain compared with a treatment-as-usual (TAU) approach in patients treated with antipsychotics, and to evaluate the relationship between body mass index (BMI) variation and clinical variables. Method: Eighty-five patients treated with antipsychotics were allocated across two groups, experimental (n=59) and control (n=26). The Superwellness Program (experimental group) consisted of 32 twice-weekly 1-hour sessions, conducted by a psychologist and a nutritionist/nurse, concurrently with moderate food intake and moderate physical activity plans. Sociodemographic, clinical, and biological variables were collected at baseline, at the end of intervention (16 weeks), and after 6 months. Results: BMI change from baseline differed significantly between the experimental and control groups, with a larger decrease in the experimental group (F = 5.5, p = 0.021). Duration of illness moderated the effect of treatment on BMI (p = 0.026). No significant (p = 0.499) effect of intervention during the follow-up period was found. Interestingly, the intervention indirectly induced a significant (p = 0.024) reduction in metabolic risk by reducing BMI. Conclusion: A cognitive-behavioral therapy-based intervention could be useful in reducing weight in a clinical population taking antipsychotics, with consequent benefit to physical and mental health.
Subject(s)
Humans , Male , Female , Adult , Middle Aged , Aged , Psychotherapy, Group/methods , Antipsychotic Agents/adverse effects , Cognitive Behavioral Therapy/methods , Weight Reduction Programs/methods , Health Promotion/methods , Schizophrenia/therapy , Body Mass Index , Prospective Studies , Follow-Up Studies , Obesity/etiology , Obesity/therapyABSTRACT
Se estudiaron 630 pacientes de la Consulta Externa de Ginecología del Hospital Universitario "Antonio María Pineda", con la finalidad de determinar la incidencia de tricomoniasis vaginal, en el lapso febrero-diciembre de 1992. Resultando positivo para tricomoniasis vaginal 155 pacientes, representando una incidencia del 24,60 por ciento, concordando con lo reportado por otros autores. Se corroboró que la paciente infectada presenta síntomas en un 87,1 por ciento por encima de lo estadísticamente señalado y el 12,9 por ciento cursa asintomáticamente, coincidieron con lo desrito en la literatura mundial. Sin embargo, cuando se compararon todas las pacientes sintomáticas y asintomáticas del área genital, la incidencia de síntomas e infectadas con tricomoniasis vaginal fue del 23,9 por ciento y las no infectadas, pero con síntomas del área genital correspondió a un 76,10 por ciento. Con respecto a pacientes asintomáticas y que resultaron positivas al exámen en fresco correspondió al 30.7 por ciento. Se estudió la relación existente entre la incidencia y el grupo etario más expuesto. Las edades afectadas son las comprendidas entre 20-39 años, respresentando el 92 por ciento de los casos, y un pico máximo de incidencia entre 20-24 años, lo que representa un 22,58 por ciento. Se determinó que el motivo de consulta más frecuente en pacientes sintomáticos fueron: Flujo vaginal, prurito, fetichez, representando el 92,6 por ciento de las consultas. Las pacientes asintomáticas con diagnóstico de tricomoniasis vaginal consultaron en un 50 por ciento para el control citológico y un 16,5 por ciento en cada una de las tres variables restantes, tales como: dolor abdominal, mastodiania y amenorrea