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1.
Rev. chil. nutr ; 50(6)dic. 2023.
Article in English | LILACS-Express | LILACS | ID: biblio-1550789

ABSTRACT

The COVID-19 pandemic and government measures have challenged family functioning (FF) and eating behaviors. In non-pandemic scenarios, FF has shown a protective role in diet quality. This study aimed to explore the role of FF in family members' food consumption during the first wave of the COVID-19 pandemic in Chile. We conducted a cross-sectional, non-probabilistic study. Chilean adults (n= 821) answered an online survey based on the Family Adaptability and Cohesion Evaluation Scales (FACES) IV and a scale of food intake perceptions (non-processed and processed food). The survey also included an open space for comments (n= 147). Most participants had a medium or high FF category. Participants with higher FF had a lower risk of decreasing the consumption of non-processed foods (RR= 0.58 for fruits and RR= 0.45 for legumes) and lower risk of increasing processed foods (RR= 0.37 for sugar-sweetened beverages, RR= 0.46 for snacks, and RR= 0.64 for chocolates) when compared to lower FF participants and controlling for per-capita income. Participants commented on changes in FF: some had more conflicts and others were happy to be together during the pandemic. Most participants indicated that they maintained or increased non-processed and processed food consumption compared to the pre-pandemic period. They perceived having the opportunity of eating healthier during the pandemic. However, the stress they suffered produced them to eat unhealthily. Therefore, FF had a protective role in diet quality during the pandemic. Policymakers should consider FF when promoting healthy diets, especially in health crises.


La pandemia por COVID-19 y las medidas gubernamentales han desafiado el funcionamiento familiar (FF) y los hábitos alimentarios. En escenarios no pandémicos, el FF ha demostrado un papel protector en la calidad de la dieta. Este estudio tuvo como objetivo explorar el papel del FF en el consumo de alimentos de los miembros de la familia durante la primera ola de la pandemia de COVID-19 en Chile. Realizamos un estudio transversal, no probabilístico. Adultos chilenos (n= 821) respondieron una encuesta online basada en la Escala de Evaluación de Cohesión y Adaptabilidad Familiar (FACES) IV y una escala de percepción de consumo de alimentos (alimentos no procesados y procesados). La encuesta también incluyó un espacio abierto para comentarios (n= 147). La mayoría de los participantes tenían una categoría de FF medio o FF alto. Los participantes con mayor FF tenían un menor riesgo de disminuir el consumo de alimentos no procesados (RR= 0,58 para frutas y RR= 0,45 para legumbres) y menor riesgo de aumentar los alimentos procesados (RR= 0,37 para bebidas azucaradas, RR= 0,46 para snacks, y RR= 0,64 para chocolates) en comparación con los participantes de FF más bajos y controlando por ingreso per cápita. Los participantes comentaron cambios en sus FF y teniendo más conflictos, aunque algunos estaban felices de estar juntos durante la pandemia. La mayoría de los participantes indicaron que mantuvieron o aumentaron los alimentos procesados y no procesados en comparación con el período pre-pandemia. Ellos percibieron tener la oportunidad de comer más sano. Sin embargo, el estrés que sufrían les producía comer menos saludable. La FF tuvo un papel protector en la calidad de la dieta durante la pandemia. Quienes formulen políticas públicas deben considerar la AF cuando promuevan dietas saludables, especialmente en crisis de salud.

2.
Rev. chil. nutr ; 48(5)oct. 2021.
Article in Spanish | LILACS-Express | LILACS | ID: biblio-1388531

ABSTRACT

RESUMEN La obesidad es factor de riesgo para las enfermedades crónicas no transmisibles. Esta condición afecta principalmente a mujeres de bajo nivel socioeconómico. La alfabetización nutricional, referida al conocimiento en alimentación y nutrición, podría estar determinando la calidad de la dieta, la que a su vez podría favorecer el desarrollo de la obesidad. Los objetivos del estudio fueron 1) Describir la alfabetización nutricional, el estado nutricional y la calidad de la alimentación, y 2) Explorar la relación entre estas tres variables, en un grupo de mujeres de comunas con pobreza multidimensional de la Región Metropolitana. Se diseñó un estudio transversal, no probabilístico, en donde participaron 122 mujeres. Se evalúo el estado nutricional mediante el cálculo del Índice de Masa Corporal, midiendo peso y talla. La calidad de la alimentación se evaluó utilizando una encuesta de tendencia de consumo alimentaria y el Índice de Alimentación Saludable, y la alfabetización nutricional, con el cuestionario Nutritional Literacy en español (NLit-S), adaptado a la población chilena. La prevalencia de obesidad fue 47,5% y el 88,5% de las mujeres presentó necesidad de cambios en su alimentación. Un 66,4% presentó una alfabetización nutricional deficiente, con más mujeres con exceso de peso en esta categoría. Dominio de etiquetado nutricional fue el que obtuvo peores resultados. Se concluye que la condición alimentaria nutricional de las mujeres de nuestro estudio sugiere un desafío para el trabajo por parte de profesionales de la salud, así como para quienes toman decisiones en alimentación y nutrición.


ABSTRACT Obesity is a risk factor for chronic non-communicable diseases. This condition mainly affects women of low socioeconomic status. Nutritional literacy, understood as knowledge of food and nutrition, could determine the quality of the diet, which in turn could cause the development of obesity. The aims were 1) To describe the nutritional literacy, nutritional status, and food quality, and 2) To explore the relationship between these three variables, in a group of women from communes with multidimensional poverty in the Metropolitan Region. We conducted a cross-sectional, non-probabilistic study in which 122 women participated. The nutritional status was evaluated by calculating the Body Mass Index using weight and height measurements. The diet quality was evaluated using a survey of food consumption trends and the Healthy Eating Index. Nutritional literacy was evaluated with the Nutritional Literacy questionnaire in Spanish adapted for the Chilean population. The prevalence of obesity was 47.5%, and 88.5% of the women presented the need for changes in their diet. 66.4% of women had low nutritional literacy, with more overweight women in this category. The nutrition labeling domain was the one with the worst results. We concluded that women's food and nutritional condition suggests a challenge for health professionals and those who make decisions about food and nutrition.

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