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4.
Rev. panam. salud pública ; 22(5): 348-357, nov. 2007. tab
Article in Spanish | LILACS | ID: lil-473288

ABSTRACT

Los autores realizaron una evaluación de los sistemas de salud mental en El Salvador, Guatemala y Nicaragua, por medio de un grupo de indicadores seleccionados. Para recopilar la información en los países se utilizó el Instrumento de Evaluación para Sistemas de Salud Mental de la Organización Mundial de la Salud (WHO-AIMS, por su sigla en inglés). Nicaragua, Guatemala y El Salvador tienen serias limitaciones en sus sistemas nacionales de salud mental, en especial en la atención primaria, así como una marcada insuficiencia de recursos humanos calificados. El presupuesto dedicado a la salud mental apenas representa 1 por ciento del presupuesto general de salud y los hospitales psiquiátricos situados en la capital de los países consumen más de 90 por ciento de los fondos de salud mental. Los limitados recursos (materiales y humanos) existentes se concentran en las respectivas capitales de los países. No se han formulado políticas ni legislaciones nacionales de salud mental. Sin embargo, las tres naciones cuentan con planes nacionales en ejecución. Asimismo, se ha avanzado en el diseño e implementación de programas de protección de la salud mental en situaciones de desastre. Es necesario establecer acuerdos con las procuradurías de los derechos humanos para incrementar la vigilancia y protección de los derechos humanos en las personas afectadas por enfermedades mentales. En los últimos años se han logrado impulsar algunas experiencias innovadoras que requieren ser generalizadas. La Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS) y el proyecto WHO-AIMS han contribuido al desarrollo de modelos comunitarios de servicios de salud mental. También se identificaron prioridades y se plantean recomendaciones para la acción.


The authors evaluated the mental health systems of El Salvador, Guatemala, and Nicaragua, using a group of select indicators. The World Health Organization Assessment Instrument for Mental Health Systems (WHO-AIMS) was used to collect data from the nations. The national mental health systems of Nicaragua, Guatemala, and El Salvador have serious limitations, especially in primary care, and a marked lack of qualified human resources. Budget allocations for mental health care are barely 1 percent of the total health care budgets; and the psychiatric hospitals located in the national capitals consume at least 90 percent of those funds. The limited human and material resources available are concentrated in the respective country capital cities. National mental health policies and legislation have not been adopted; however, all three countries do have national plans in progress. Furthermore, all three have designed and implemented programs for mental health care in case of disaster. Agreements must be reached with offices for the defense of human rights to raise awareness and protection of rights for the mentally ill. In recent years, new experiences have been gained and these should be distributed more widely. The Pan American Health Organization (PAHO/WHO) and the WHO-AIMS project have contributed toward developing community models for mental health services. Lastly, priorities have been identified and action items recommended.


Subject(s)
Humans , Mental Health Services/standards , Mental Health Services/statistics & numerical data , El Salvador , Guatemala , Guidelines as Topic , Nicaragua , World Health Organization
5.
Rev. saúde pública ; 40(1): 161-169, fev. 2006. tab
Article in English | LILACS | ID: lil-419629

ABSTRACT

O presente estudo, descritivo teve como objetivo mapear a pesquisa em saúde mental no Brasil, fornecendo uma visão de infraestrutura, financiamento e políticas em saúde mental das pesquisas. O estudo faz parte do Projeto Atlas da Organização Mundial da Saúde realizado nos países de média e baixa renda per capita, entre os anos de 1998-2002. A coleta de dados incluiu a avaliação de documentos governamentais e páginas da web, e questionários enviados para os profissionais chave para fornecer informações acerca da infra-estrutura de pesquisa em saúde mental no Brasil. No ano de 2002, o orçamento total para a pesquisa em saúde foi de 101 milhões de dólares, dos quais 3,4 milhões (3,4 por cento) foram aplicados em Pesquisa para Saúde Mental. As principais fontes financiadoras para pesquisa mental foram a Fundação de Amparo à Pesquisa do Estado de São Paulo (Fapesp, 53,2 por cento) e o Ministério da Educação (CAPES, 30,2 por cento). A proporção de doutores é de 1,7 por um mil habitantes, e a taxa de psiquiatras é de 2.7 por 100 mil habitantes, estimadas pelo censo de 2000. Em 2002, havia 53 cursos de pós-graduação direcionados a educação em saúde mental no Brasil (43 em psicologia, seis em psiquiatria, três em psicobiologia e um em enfermagem psiquiátrica, com 1.775 alunos sendo treinados no Brasil e 67 no exterior. Há nove programas dedicados para a psiquiatria, neuropsiquiatria, psicobiologia e saúde mental no País, sete deles localizados na região Sudeste. No período de cinco anos, 186 estudantes receberam o título de doutor (37 por ano) e 637 artigos foram publicados em revistas indexadas no Institute for Scientific Information (ISI). O investimento canalizado para os programas de pós-graduação na formação de recursos humanos, por meio de bolsas de estudos e fomento à pesquisa, tem permitido ao País uma modesta, mas crescente presença na pesquisa em saúde mental no cenário internacional.


Subject(s)
Research Support as Topic , Bibliography, National , Bibliometrics , Health Policy , Mental Health , Brazil
6.
Rev. panam. salud pública ; 18(4/5): 229-240, oct.-nov. 2005. tab
Article in Spanish | LILACS | ID: lil-422735

ABSTRACT

OBJETIVO: La creciente carga de trastornos mentales que afecta a las poblaciones de América Latina y el Caribe es demasiado grande para hacer caso omiso de ella. Por lo tanto, es una necesidad impostergable conocer la prevalencia de los trastornos mentales y la brecha de tratamiento, que está dada por la diferencia entre las tasas de prevalencia verdadera y las de las personas que han sido tratadas, que en algunos casos es grande pese a la existencia de tratamientos eficaces. Si se dispone de mayor informacion, se hace más factible 1) abogar mejor por los intereses de las personas que necesitan atención, 2) adoptar políticas más eficaces, 3) formular programas de intervención innovadores y 4) adjudicar recursos en conformidad con las necesidades observadas. MÉTODOS: Los datos se obtuvieron de estudios comunitarios publicados en América Latina y el Caribe entre 1980 y 2004. En esas investigaciones epidemiológicas se usaron instrumentos diagnósticos estructurados y se estimaron tasas de prevalencia. Las tasas brutas de diversos trastornos psiquiátricos en América Latina y el Caribe se estimaron a partir de las tasas media y mediana extraídas de los estudios, desglosadas por sexo. También se extrajeron los datos correspondientes al uso de servicios de salud mental para poder calcular la brecha en el tratamiento según trastornos específicos. RESULTADOS: Las psicosis no afectivas (entre ellas la esquizofrenia) tuvieron una prevalencia media estimada durante el año precedente de 1,0 por ciento; la depresión mayor, de 4,9 por ciento; y el abuso o la dependencia del alcohol, de 5,7 por ciento. Más de la tercera parte de las personas afectadas por psicosis no afectivas, más de la mitad de las afectadas por trastornos de ansiedad, y cerca de tres cuartas partes de las que abusaban o dependían del alcohol no habían recibido tratamiento psiquiátrico alguno, sea en un servicio especializado o en uno de tipo general. CONCLUSIONES: La actual brecha en el tratamiento de los trastornos mentales en América Latina y el Caribe sigue siendo abrumadora. Además, las tasas actuales probablemente subestiman el número de personas sin atención. La transición epidemiológica y los cambios en la composición poblacional acentuarán aun más la brecha en la atención en América Latina y el Caribe, a no ser que se formulen nuevas políticas de salud mental o que se actualicen las existentes, procurando incluir en ellas la extensión de los programas y servicios.


Subject(s)
Adolescent , Adult , Aged , Aged, 80 and over , Child , Female , Humans , Male , Middle Aged , Health Priorities , Mental Disorders/epidemiology , Mental Disorders/prevention & control , Public Health , Caribbean Region/epidemiology , Latin America/epidemiology , Prevalence
8.
Article in English | IMSEAR | ID: sea-118739

ABSTRACT

BACKGROUND: The concurrent use of alcohol and tobacco and its deleterious effects have been reported in the western literature. However, studies on the relationship between concurrent alcohol and tobacco use in India are limited. This study outlines the association between concurrent alcohol and tobacco use among a middle-aged and elderly population in a western Indian cohort after controlling for various sociodemographic factors. METHODS: A total of 35 102 men, 45 years of age and above were interviewed for concurrent alcohol and tobacco use. The sample was part of an earlier cohort drawn from the general population. The data were analysed after controlling for age, education, religion and mother-tongue. RESULTS: Among alcohol users, 51.1% smoked tobacco and 35.6% used smokeless tobacco. The relative risk of alcohol use was highest among those smoking cigarettes or beedis and among those using mishri with betel quid and tobacco. The risk of alcohol use increased with the frequency of tobacco use. The risk also increased with higher amounts of alcohol consumption, but peaked at around 100-150 ml of absolute alcohol use. CONCLUSION: The study highlights the association between concurrent alcohol and tobacco use among the Indian population. This has important public health implications since concurrent use of these is synergistic for increased risk of oropharyngeal cancers.


Subject(s)
Aged , Aged, 80 and over , Alcohol Drinking/epidemiology , Humans , India/epidemiology , Male , Middle Aged , Prevalence , Public Health , Smoking/epidemiology
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