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1.
Colomb. med ; 52(3): e2054600, July-Sept. 2021. tab, graf
Article in English | LILACS-Express | LILACS | ID: biblio-1360376

ABSTRACT

Abstract Background: Multiple infections, nutrient deficiencies and inflammation (MINDI) occur in indigenous communities, but their associations with perinatal outcomes have not been described. Objective: To assess maternal and cord blood micronutrient and inflammation status in peripartum mothers from the Ngäbe-Buglé comarca in Panama, and their associations with placental and infant outcomes. Methods: In 34 mother-newborn dyads, placental weight and diameter were measured, and maternal and cord blood were processed for complete cell counts, serum C-reactive protein, ferritin, serum transferrin receptor (sTfR), vitamins A and D. Blood volumes were calculated using Nadler's formula. Results: Mothers had low plasma volume (<2.8 L, 96%), vitamin A (52.9%), vitamin D (29.4%), iron (58.8%) and hemoglobin (23.5%), but high hematocrit (>40%, 17.6%) and inflammation (C-reactive protein >8.1 mg/L, 85.3%). Birthweights were normal, but low placental weight (35.3%), low head circumference Z-scores (17.6%), and low cord hemoglobin (5.9%), iron (79.4%), vitamin A (14.7%) and vitamin D (82.3%) were identified. Maternal and cord vitamin D were highly correlated. Higher maternal plasma volume was associated with heavier placentae (β= 0.57), and higher cord D (β= 0.43) and eosinophils (β= 0.43) with larger placentae. Hemoconcentration (higher cord hematocrit) was associated with lower newborn weight (β= -0.48) and head circumference (β= -0.56). Inflammation [higher maternal neutrophils (β= -0.50), and cord platelets (β= -0.32)] was associated with lower newborn length and head circumference. Conclusion: Maternal-newborn hemoconcentration, subclinical inflammation and multiple nutrient deficiencies, particularly neonatal vitamin D deficiency, were identified as potential targets for interventions to improve pregnancy outcomes in vulnerable communities.


Resumen Antecedentes: Las Múltiples Infecciones, Nutrición Deficiente e Inflamación (MINDI), son frecuentes en comunidades indígenas, sin embargo, sus asociaciones con resultados de salud perinatales no han sido descritos. Objetivo: Evaluar la inflamación y los micronutrientes en sangre materna y de cordón de madres en trabajo de parto en la comarca Ngäbe-Buglé en Panamá, así como sus asociaciones con medidas placentarias y del recién nacido. Métodos: En 34 pares madre-recién nacido, se midieron peso y diámetro placentario, y se analizaron muestras de sangre materna y de cordón umbilical para hemograma completo, proteína-C reactiva (PCR), ferritina, receptor sérico de transferrina (RsTf), vitaminas A y D. Se usó la fórmula de Nadler para calcular volúmenes sanguíneos. Resultados: Las madres presentaron volumen plasmático (<2.8 L, 96%), vitamina A (52.9%), vitamina D (29.4%), hierro (58.8%) y hemoglobina (23.5%) bajos, pero el 17.6% presentaron hematocrito >40% y 85.3% presentaron inflamación (PCR >8.1 mg/L). Los pesos al nacer fueron normales, pero se identificó bajo peso placentario (35.3%), bajo puntaje-z de circunferencia cefálica neonatal, y en sangre de cordón, bajos hemoglobina (5.9%), hierro (79.4%), vitamina A (14.7%) y vitamina D (82.3%). Se encontró una fuerte correlación positiva entre la vitamina D materna y de sangre de cordón. Un mayor volumen plasmático materno se asoció con placentas de mayor peso (β= 0.57), en tanto que concentraciones más altas de vitamina D (β= 0.43) y mayor número de eosinófilos (β= 0.43) se asociaron con mayor diámetro placentario. Una mayor hemoconcentración (hematocrito en cordón más alto) se asoció con menores peso al nacer (β= -0.48) y circunferencia cefálica (β= -0.56). La inflamación [mayor número de neutrófilos maternos (β= -0.50) y plaquetas en sangre de cordón (β= -0.32)] se asoció con menor talla y circunferencia cefálica neonatales. Conclusión: La hemoconcentración materna y del recién nacido, la inflamación subclínica y las múltiples deficiencias en micronutrientes, particularmente la deficiencia de vitamina D neonatal, se identificaron como potenciales áreas de intervención para mejorar los resultados de salud del embarazo en comunidades vulnerables.

2.
Arch. latinoam. nutr ; 65(1): 1-11, mar. 2015. ilus, tab
Article in Spanish | LILACS | ID: lil-752709

ABSTRACT

La Organización Mundial de la Salud (OMS) sigue un proceso complejo y riguroso para la elaboración de directrices mundiales. En el caso de las directrices relacionadas con nutrición, la participación conjunta de las autoridades de los Estados Miembros de la OMS y sus aliados, incluidos aquellos de la economía social y solidaria, es clave para fortalecer el proceso de elaboración de directrices informadas por las pruebas científicas y su posterior implementación, como parte de las estrategias nacionales de salud pública. Para las autoridades en materia de salud y desarrollo social, la OMS desarrolla una serie de herramientas para la formulación de políticas informadas por las pruebas científicas, considerando su pertinencia, relevancia e implementabilidad. Este proceso de adopción y adaptación debe considerar aspectos de equidad, para evitar la ampliación de brechas en salud. Las directrices mundiales de la OMS contribuyen a que las intervenciones en nutrición en sus Estados Miembros sean implementadas de manera adecuada. Dos experiencias de implementación de intervenciones en nutrición, una en Panamá y otra en Perú, ejemplifican este proceso. El artículo concluye sugiriendo profundizar en el conocimiento y aplicación de la investigación de la implementación de programas para identificar los factores que permiten a una intervención ser efectiva, tener una mejor estrategia de escalabilidad y contribuir a la equidad en salud.


The World Health Organization (WHO) follows a complex and rigorous process to develop global guidelines. With regard to nutrition-related guidelines, the joint participation of national authorities from Member States and their partners, including those of the social economy, is key to strengthening the process of evidence-informed guideline development and the subsequent implementation as part of national public health strategies. WHO puts forward a series of tools that can assist national authorities on health and social development in the elaboration of evidenceinformed policies, considering their pertinence, relevance and implementability. This adoption and adaptation process must consider equity in order to avoid widening existing inequities. WHO global nutrition guidelines contribute to the effective implementation of nutrition interventions in Member States. Two experiences of implementation, one in Panama and one in Peru, exemplify this process. The paper ends by suggesting a deeper understanding and utilization of implementation research during programmes to identify what factors ensure effective interventions, appropriate scale up strategies and greater health equity.


Subject(s)
Humans , Health Promotion/methods , Nutrition Policy , World Health Organization , Food Analysis , Health Promotion/organization & administration
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