ABSTRACT
Hoy día, a la luz de los avances de la cirugía ortognática, no es concebible establecer un plan de tratamiento basado en el examen clínico del paciente y en el análisis de los modelos de estudio. La magnitud de los cambios a realizar, preocupan no sólo al cirujano que debe realizar la intervención, sino al ortodoncista, que es quien realiza el diagnóstico y planea los cambios dentarios y esqueletales para que el paciente recupere la armonía facial. Este último concepto, "la armonía facial", se transforma en el objetivo final y no se refiere a los tejidos duros sino a los blandos en conjunto y es en su evaluación y predicción donde el profesional encuentra las mayores dificultades, tanto para establecer sus objetivos de tratamiento, como para mostrar al paciente los resultados que él espera conseguir, actitud fundamental para adquirir confianza y colaboración