ABSTRACT
Se refiere el caso de una paciente de 43 años hipertensa, controlada en forma irregular, que presentó un cuadro severo de epistaxis, manejado de acuerdo a la escala ascendente de tratamiento a base de taponamientos nasales anteriores y posteriores en varias ocasiones, así como cirugía septal, Ameritó transfusión sanguínea en dos ocaciones, continuó con epistaxis a pesar de todas, las medidas tomadas por lo que se decidió realizar embolización de la arteria maxilar interna izquierda con lo que se logró un control inmediato del sangrado sin presentar recurrencia a los 2 años de seguimiento
Subject(s)
Adult , Humans , Female , Anesthesia, Local , Antihypertensive Agents , Embolization, Therapeutic/methods , Epistaxis/therapy , Nifedipine , Radiology , Blood Transfusion/methodsABSTRACT
Se estudiaron 90 pacientes expuestos a ambiente ruidoso, sin protección auditiva. Fueron clasificados en tres grupos: El primero con exposición hasta 60 decibeles, el segundo entre 60 y 90 decibeles y el tercero con exposición superior a los 90 decibeles. En el grupo I no se encontraron pacientes con daño auditivo. En el grupo 2 registro un 12.5 por ciento de incidencia de trauma acústico. En el grupo 3 se detectó un 46.6 por ciento de incidencia de trauma acústico. Con base en estos datos, concluimos que el daño auditivo tiene una relación directa con la intensidad del ruido. La susceptibilidad individual es otro factor determinante para el desarrollo de estas lesiones