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1.
Ginecol. obstet. Méx ; 88(5): 334-341, ene. 2020. graf
Article in Spanish | LILACS-Express | LILACS | ID: biblio-1346196

ABSTRACT

Resumen: ANTECEDENTES: La incidencia de percretismo varía de 5-7% y de ésta, 78% corresponde a complicaciones relacionadas con la cirugía. Hasta la fecha existen pocos casos reportados de dehiscencia de cistorrafia posterior a la embolización de arterias uterinas. CASOS CLÍNICOS: Caso 1. Paciente de 34 años, con embarazo de 36 semanas y diagnóstico de acretismo placentario. El tratamiento consistió en embolización de arterias uterinas e histerectomía subtotal, con lesión vesical reparada sin complicaciones. Dos semanas después del alta hospitalaria acudió a consulta por pérdida de orina y fiebre (pielonefritis aguda); se estableció el diagnóstico de dehiscencia de cistorrafia por tomografía y cistografía retrógrada. Se realizó cateterización ureteral bilateral, laparotomía exploradora con traquelectomía, resección de los bordes necróticos vesicales y cistorrafia. Caso 2. Paciente de 30 años, con embarazo de 37 semanas y acretismo placentario; se aplicó tratamiento similar al caso 1, del que devino una lesión vesical reparada sin complicaciones. Durante la hospitalización permaneció en vigilancia por hemorragia obstétrica e infección urinaria con mala evolución; dos semanas después tuvo pérdida de orina, por lo que se efectuaron: cistoscopia, tomografía y cistografía retrógrada. Se estableció el diagnóstico de dehiscencia de cistorrafia. Durante la cirugía se localizó el defecto por cistoscopia e histeroscopia, se cateterizaron los uréteres de ambos lados; posteriormente, mediante acceso laparoscópico, se resecaron los bordes vesicales necróticos y se complementó con cistorrafia. Ambas pacientes evolucionaron sin complicaciones. CONCLUSIÓN: La dehiscencia de cistorrafia en pacientes con embolización de arterias uterinas es una complicación excepcional. La sospecha diagnóstica y el tratamiento oportunos, con resección de los bordes necróticos y cistorrafia, se asocian con mayor tasa de éxito.


Abstract: BACKGROUND: The incidence of percretism is 5-7% with 78% of complications associated with surgical management. There are few reported cases of cystorraphy dehiscence after uterine arteries embolization. CLINICAL CASES: Case 1. A 34 years old patient with a pregnancy of 36 5/7 weeks and acretism; she was treated with uterine artery embolization plus subtotal hysterectomy with bladder injury repaired without complications. She was discharged, and in 2 weeks she consulted for vaginal urine loss and fever (acute pyelonephritis); cystorraphy dehiscence was diagnosed with support of tomography and retrograde cystography. Bilateral ureteral catheterization, laparotomy with trachelectomy plus resection of bladder necrotic edges and cystorraphy were performed. Case 2. A 30 years old patient with a pregnancy of 37 5/7 weeks and acretism; equal treatment of acretism was given with bladder injury repaired without complications. She was hospitalized in surveillance for obstetric haemorrhage and urinary infection with torpid evolution; she referred vaginal urine loss at 2 weeks, so cystoscopy, tomography and retrograde cystography were performed which diagnosed cystorraphy dehiscence. In surgery the bladder defect was located by cystoscopy and hysteroscopy and bilateral ureters were catheterized; subsequently, by laparoscopic approach necrotic bladder edges were resected and cystorraphy was performed. Both patients without complications and with successful postoperative evolution. CONCLUSION: Cystorraphy dehiscence in embolized patients is extremely rare; however, it should be considered as a possible complication. Diagnostic suspicion and timely management with resection of necrosis and new cystorraphy, achieve greater success.

2.
Cir. & cir ; 77(1): 39-43, ene.-feb. 2009. graf, tab, ilus
Article in Spanish | LILACS | ID: lil-566690

ABSTRACT

Introducción: El 10 % de las lesiones traumáticas abdominales involucra la vía urinaria, de éstas 25 % corresponde a trauma vesical. El tipo de lesión depende del mecanismo de acción contuso o penetrante. Los síntomas incluyen hipersensibilidad hipogástrica e imposibilidad para la micción; el signo más importante es la hematuria. Material y métodos: Se realizó estudio retrospectivo observacional y descriptivo de los pacientes con lesión vesical atendidos de enero de 2001 a septiembre de 2007 en el Hospital Central de la Cruz Roja Mexicana de la Ciudad de México; fueron excluidos aquellos con lesiones iatrogénicas. Resultados: Se encontraron 46 casos de lesión vesical, 35 hombres (76 %) y 11 mujeres (24 %). La edad promedio fue de 29 años. El mecanismo de la lesión fue contusión cerrada en 63 % y por herida penetrante en 37 %. El diagnóstico se estableció en 26 % por cistograma retrógrado y en 74 % por laparotomía exploradora, en la cual se identificó lesión asociada de más de dos órganos. El tratamiento dependió de la condición de intra o extraperitoneal; no se informaron complicaciones. Conclusiones: Los pacientes con lesión vesical por trauma son más jóvenes en relación a los que padecen daño iatrogénico y con predominio del sexo masculino. El traumatismo cerrado de abdomen impera sobre el penetrante. La hematuria macroscópica es el síntoma más constante. La lesión vesical asociada a fractura pélvica tuvo baja incidencia. La laparotomía exploradora fue el principal método diagnóstico debido a que lesiones asociadas indicaban la realización inmediata del procedimiento.


BACKGROUND: Abdominal traumas involving the urinary tract represent 10% and, of these, 25% are for bladder trauma. Type of injury depends on the mechanism of action, whether blunt or penetrating. Symptoms include hypogastric hypersensitivity and inability to urinate. The most important sign is hematuria. METHODS: This was a retrospective, observational study and descriptive analysis of patients with bladder injury, excluding iatrogenic injury. RESULTS: There were 46 cases of bladder injury comprising 35 men (76%) and 11 women (24%). Mean age was 29 years. Mechanism of injury was closed contusion (63%) and penetrating wound (37%). Diagnosis was established in 74% of cases by exploratory laparotomy and in 26% of cases by cystography. Treatment was in accordance with intra- or extraperitoneal status, and there were no reported complications. CONCLUSIONS: Patients with traumatic injuries are often young and male, in relation to patients with iatrogenic damage. Closed abdominal trauma is prevalent with penetration. Gross hematuria is the most consistent symptom. Incidence of bladder injury associated with pelvic fracture was low. Exploratory laparotomy was the primary diagnostic method, with cystography done in a limited number of patients. There were no complications.


Subject(s)
Humans , Male , Female , Adolescent , Adult , Urinary Bladder/injuries , Urinary Bladder/surgery , Decision Trees , Hospitals , Mexico , Retrospective Studies , Abdominal Injuries/complications , Abdominal Injuries/diagnosis , Young Adult
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