ABSTRACT
El objetivo del trabajo fue determinar la participación del coreceptor CCR5 y su ligando CCL3L1 en relación a una de las características del fenotipo del HIV-1, el tropismo viral. Los resultados que obtuvimos así como otras investigaciones que estamos desarrollando tienen implicancias clínicas y terapéuticas en los niños HIV-1 infectados. Para lograr el objetivo hemos evaluado en forma conjunta y combinada los datos que habíamos obtenido a lo largo de casi 15 años en relación a las variantes genéticas del CCR5, en particular la mutación Δ32 y su ligando CCL3L1 en función del número de copias del gen en los niños HIV-1 infectados por transmisión vertical que son asistidos en el Hospital Garrahan, investigando la probable asociación de ellas con el tropismo viral. Hallamos que los niños en primoinfección tienen una proporción considerable de variantes HIV-1 SI que emplean como co-receptor al CXCR4 en lugar del CCR5. Otro hecho relevante fue que la presencia de las variantes SI predominaron en los niños heterocigotas para la variante genética CCR5Δ32. En este último grupo encontramos además que estaba significativamente asociado con un número de copias del CCL3L1 alto (≥2). Probablemente ambos factores participan favoreciendo la reducción en el número de moléculas del co-receptor CCR5 expresadas en la superficie celular facilitado la infección por las variantes X4. Aunque las variantes SI en la etapa crónica alcanzan a un 40% no parecieran asociadas con el genotipo CCR5Δ32 ni con el número de copias del CCL3L1. En resumen, hemos demostrado que las variantes SI X4 T-trópicas del HIV-1 pueden estar presentes en los estadios muy tempranos de la infección viral sugiriendo que puede ser transmisible verticalmente. Además, el genotipo CCR5Δ32 en el contexto de copias altas del CCL3L1 en el niño HIV-1 infectado, contribuyen a un mayor riesgo a ser infectado por variantes SI en primoinfección. Este hecho no pareciera suceder en la etapa crónica de la infección viral.
The aim of the study was to assess the role of co-receptor CCR5 and its ligand CCL3L1 in viral tropism, one of the char-acteristics of the HIV-1 phenotype. The results of this study as well as those found in our other ongoing research have clini-cal and therapeutic consequences for HIV-1 Infected children. For the aim of the study we collected and evaluated the data obtained over a period of almost 15 years on genetic variants of CCR5, specially the 32 mutation and its ligand CCL3L1 (MIP-1 P), in relation to the number of copies of the gene in HIV-1-mother-to-child infected children seen at the pediatric hospital J.P. Garrahan, to investigate a probable association with viral tropism. We found that children with a primary in-fection have a considerable number of HIV-1 SI (syncytium-inducing, i.e. cytopathic) variants that use CXCR4 instead of CCR5 as a co-receptor. Another relevant finding was that SI variants were predominant in children that were homozygous for the genetic CCR5 32 variant. In this latter group we additionally found that this was significantly associated with a high number of CCL3L1 copies ( 2). Both factors may play a favorable role in the decrease of the number of molecules of the CCR5 co-receptor expressed on the cell surface that facilitate infection through X4 variants. Although in the chronic stage SI variants reach 40%, they do not seem to be associated with either the CCR5 32 genotype or the number of CCL3L1 copies. In sum-mary, we have shown that SI X4 T-tropic variants of HIV-1 may be present in very early stages of viral infection suggesting that they may be transmitted from mother to child. In addition, the CCR5 32 genotype in the setting of a high number of CCL3L1 copies in an HIV-1 infected child contribute to a higher risk of being infected by SI variants in primary infection, however, this mechanism does not seem to occur in the chronic stage of viral infection.