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1.
Rev. Fac. Med. (Bogotá) ; 64(3): 517-524, July-Sept. 2016. graf
Article in English | LILACS | ID: biblio-956763

ABSTRACT

Abstract In 1913, around 100 years ago, the Harvard University sent an expedition to Peru, led by Richard Strong, to investigate Carrion's disease. This paper provides a critical review of the scientific research carried out in this expedition. Richard Strong was a physician who performed unethical human experimentation in the Philippines and China. In Peru, Strong conducted experiments on humans to inoculate wart secretions to a psychiatric patient, which led him to replicate the Peruvian wart in this individual, although he could not replicate Oroya fever. Based on this experiment, and without taking into account epidemiological and clinical evidence, the Harvard expedition erroneously concluded that Oroya fever and Peruvian wart were two different diseases. A retrospective review of the scientific work conducted by the expedition in Peru allows drawing the following lessons for science: a) disapproving unethical human experimentation conducted by the expedition; b) to determine the cause of infectious diseases, it is necessary to obtain the best scientific, experimental and observational evidence, and c) to acknowledge that, despite the poor infrastructure, researchers in developing countries are able to produce high-quality scientific knowledge that may surpass the knowledge generated by researchers in developed countries.


Resumen Hace poco se cumplieron 100 años de la expedición de la Universidad de Harvard a Perú, liderada por Richard Strong, para investigar la enfermedad de Carrion. El presente estudio realizó una revisión crítica de la investigación científica de dicha expedición. Richard Strong era un médico con antecedentes relacionados con la realización de experimentaciones humanas antiéticas en Filipinas y China. En Perú, Strong realizó experimentación humana al inocular secreciones de verruga en un paciente psiquiátrico, logrando reproducir en este la verruga peruana, pero no la fiebre de la Oroya; con base en este experimento, y sin considerar la evidencia epidemiológica y clínica, la expedición de Harvard concluyó erróneamente que la fiebre de la Oroya y la verruga peruana eran dos enfermedades diferentes. Una visión retrospectiva de la labor científica de la expedición de Harvard en Perú lleva a extraer las siguientes lecciones para la ciencia: a) se debe condenar la antiética experimentación humana realizada por la expedición de Harvard; b) es necesario obtener la mejor evidencia científica, experimental y observacional en la causalidad de las enfermedades infecciosas, y c) es necesario reconocer que en países subdesarrollados se puede generar conocimiento científico de alta calidad y que, pese a la escasa infraestructura, puede ser mejor al de los países desarrollados.

2.
Rev. Fac. Med. (Bogotá) ; 64(1): 93-97, ene.-mar. 2016. ilus, tab
Article in Spanish | LILACS | ID: lil-779671

ABSTRACT

La enfermedad de Carrión presenta clásicamente dos fases clínicas: la fiebre de la Oroya y la verruga peruana. La teoría unicista reconoce que ambas formas clínicas pertenecen a la misma enfermedad, la obtención de este conocimiento representó un duro desafío para la ciencia peruana y mundial. A través de un histórico experimento en 1885, Daniel Alcides Carrión obtuvo la evidencia clínica-experimental que sentó las bases de la teoría unicista; el científico diseñó esta teoría solo hasta las horas finales de su experimento, por lo cual su hallazgo es considerado un acto de serendipia. La demostración bacteriológica de la teoría la realizaría Hideyo Noguchi en 1926; Carrión brindó además evidencia de la transmisibilidad de esta infección y debido a este aporte científico se convirtió en el símbolo de la medicina peruana.


Carrion's disease typically presents two clinical phases: Oroya fever and Peruvian wart. Unicist theory recognizes that both clinical forms belong to the same disease. Obtaining this knowledge represented a challenge for both the Peruvian and the world science. In 1885, through a historical experiment, Daniel Alcides Carrión obtained the clinical-experimental evidence that work as the foundations of this theory. Carrion did not design this theory but only in the final hours of his experiment; therefore his finding is considered as an act of serendipity. Bacteriological demonstration of the theory was made in 1926 by Hideyo Noguchi. Carrion also provided evidence showing the transmission of this infection. Due to its scientific contribution Carrión became the symbol of the Peruvian medicine.

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