ABSTRACT
Resumen El tratamiento escalonado de la pancreatitis aguda necrotizante infectada consiste en el uso de antibióticos de amplio espectro, drenaje y necrosectomía mínimamente invasiva, si fuese necesaria. Esto ha reemplazado a la cirugía abierta como el estándar de tratamiento. El desbridamiento retroperitoneal video asistido (VARD), es una forma de necrosectomía quirúrgica mínimamente invasiva. Presentamos una serie de 5 casos (2 mujeres y 3 varones) con pancreatitis aguda grave y necrosis pancreática infectada tratados de forma escalonada y VARD. El rango de edad fue de 27 a 60 años. Todos los pacientes tuvieron pancreatitis de etiología biliar. El rango del APACHE II fue de 16 a 20. El rango del tiempo para el drenaje percutáneo lumbar fue de 4 a 7 semanas. Hubo una complicación del drenaje percutáneo (fistula duodenal) que se resolvió con tratamiento médico. Los cultivos de todas las necrosis fueron positivos. El tiempo para la realización del VARD tuvo un rango de 6 a 10 semanas. Un paciente requirió dos procedimientos. Hubo dos fístulas pancreáticas tipo B asociadas al VARD, que se trataron conservadoramente. No hubo mortalidad. A largo plazo, dos pacientes fueron diagnosticados de insuficiencia pancreática exocrina y endocrina. Concluimos que en los pacientes con necrosis pancreática infectada que requieran desbridamiento, el VARD es una alternativa segura, efectiva y con buenos resultados a largo plazo.
Abstract The step-up approach for infected necrotizing pancreatitis, consisting of broad-spectrum antibiotics, drainage followed, if necessary, by minimally invasive necrosectomy, has replaced open surgery as the standard of management. Video-assisted retroperitoneal debridement (VARD) is a surgical minimally invasive necrosectomy. This is a 5 cases series (2 female and 3 males) with severe acute pancreatitis and infected pancreatic necrosis who underwent step up approach and VARD. The age ranged from 27 to 60 years old. Al patients had biliary pancreatitis. APACHE II ranged from 16 to 20. The time to percutaneous lumbar drainage ranged from 4 to 7 weeks. There was one complication associated with percutaneous drainage (duodenal fistula) with nonoperative management. All necrotizing pancreatitis had positive cultures. The time to perform VARD ranged from 6 to 10 weeks. One patient required two procedures. There were two type B pancreatic fistulas associated with VARD, managed nonoperatively. There was no mortality. During long-term follow-up two patients were diagnosed with exocrine and endocrine pancreatic insufficiency. We conclude that VARD is a safe and effective procedure in patients with infected necrotizing pancreatitis requiring debridement, and with good long-term outcomes.