RESUMEN
Cuando se compara con la caracterización de la EI en los '70 y a principios de los '80, parece que es más probable que en los '90 la EI se presente en forma aguda y asociada con menos estigmas clásicos y también es más probable que el agente etiológico sea S. aureus. Si esto representa un verdadero cambio clínico y microbiológico en el espectro de la enfermedad o es el resultado de informes con un efecto de sesgo, en este momento resulta poco claro. La posibilidad para designar un caso definitivamente como EI desde un punto de vista clínico ha mejorado con la utilización de nuevos criterios diagnósticos, entre ellos los hallazgos de la ecocardiografía bidimensional en el esquema de clasificación. Estos nuevos criterios han sido confirmados en poblaciones seleccionadas de pacientes, no obstante habría que confirmarlos en otros grupos de pacientes en riesgo de padecer EI (v.g. receptores de válvulas protésicas). La ecocardiografía bidimensional es la técnica no invasiva de elección para la EI vegetante definida. La ETE es significativamente más sensible para poder identificar vegetaciones valvulares que la ETT y también representa el método de elección para detectar complicaciones perianulares en la EI. Queda todavía ser aclarado cuál es el papel de la evaluación del flujo Doppler en la insuficiencia valvular de la EI. Los esquemas con cursos cortos (2 semanas) de un ß-lactámico más un aminoglucósido, parecen ser altamente efectivos en el tratamiento de la EI derecha por S. aureus. El empleo de vancomicina para el tratamiento de la EI por S. aureus continúa siendo cuestionada debido a informes que hablan de una respuesta lenta y subóptima en los resultados al tratamiento