RESUMEN
El beneficio actual del trasplante hepático (TH) en los pacientes pediátricos, se ha incrementado con el desarrollo de nuevas técnicas quirúrgicas, que permiten adaptar el tamaño del injerto a pacientes en edades extremas, realización del procedimiento de manera electiva, optimización preoperatoria del receptor, manejo anestésico depurado y mejores recursos en inmunosupresión y cuidado crítico1. La alternativa de donante vivo2,3 y la adopción de escalas de estratificación de severidad específicas para el paciente pediátrico con falla hepática, como el PELD (Pediatric End Liver Disease Score)4, han permitido conocer y ampliar la lista de patologías susceptibles a ser corregidas con el TH, minimizando los tiempos en listas de espera y reduciendo así las repercusiones sistémicas de la enfermedad...