RESUMEN
Habitualmente la emergencia en medicina como fenómeno exige del médico una actitud caracterizada por la prontitud en la acción y la aplicación de medidas que en primer término eviten la muerte y secundariamente eviten las secuelas que disminuirían la calidad de vida del paciente y de su familia. Al considerar lo anterior, el médico de familia tiene una gran responsabilidad y oportunidad para utilizar un enfoque verdaderamente integral entendiendo en primer término que la mejor emergencia es la que no ocurre y que es posible modificar las estadísticas de morbilidad y mortalidad por emergencias en todas las edades a través de la imbricación de los conceptos de: riesgo, historia natural de la enfermedad, niveles de prevención de Leavell y Clark, así como del ciclo vital familiar sin olvidar por supuesto la necesidad de estar adecuadamente entrenados y preparados para atender la emergencia que seguramente se presentará.