RESUMEN
El embarazo, especialmente el tercer trimestre, incrementa notablemente el riesgo de rotura de los aneurismas esplénicos. Cuando esto ocurre, se desencadena un cuadro clínico grave manifestado principalmente como un dolor abdominal agudo acompañado de inestabilidad hemodinámica. A pesar de la gran morbimortalidad tanto materna como fetal que esto conlleva, no existe hoy en día consenso sobre su manejo óptimo. Se presenta el caso de una secundigesta a la que se diagnostica de manera incidental un aneurisma en la arteria esplénica durante el segundo trimestre de gestación. Tras confirmarse dicho diagnóstico mediante resonancia magnética, se decide realizar una esplenectomía programada vía laparotómica en semana 24+2. La evolución maternofetal posterior fue favorable hasta la semana 40 en la que se produjo un parto eutócico. Los aneurismas esplénicos deben tratarse en todas las gestantes, independientemente de su tamaño o sintomatología, pues el beneficio supera los riesgos que supone una cirugía programada.
Pregnancy, especially the third trimester, significantly increases the risk of splenic aneurysm rupture. When this occurs, it results in a severe clinical presentation primarily characterized by acute abdominal pain accompanied by hemodynamic instability. Despite the substantial maternal and fetal morbidity and mortality associated with this condition, there is currently no consensus on its optimal management. We present the case of a second-time pregnant woman who incidentally received a diagnosis of a splenic artery aneurysm during the second trimester of gestation. After confirming this diagnosis through magnetic resonance imaging, it was decided to perform a scheduled laparotomic splenectomy at 24+2 weeks of gestation. Subsequent maternal and fetal evolution was favorable until the 40th week when a eutocic delivery occurred. Splenic aneurysms should be treated in all pregnant women, regardless of their size or symptomatology, as the benefits outweigh the risks associated with elective surgery.