RESUMEN
Introducción. Evaluar el efecto de la participación de los padres en el desarrollo neurológico del recién nacido, enfermo, durante el primer año de vida. Material y métodos. Estudio piloto en 33 neonatos enfermos. Sus padres recibieron un programa educativo de neurodesarrollo y su participación se evaluó en buena, regular y mala. Los neonatos fueron evaluados periódicamente durante el primer año de vida. El desarrollo neurológico se clasificó en normal, retraso motor leve o moderado y retraso motor severo. Resultados. Veinticinco neonatos concluyeron el seguimiento: 68 por ciento tuvo desarrollo normal, 20 por ciento presentó retraso motor leve/moderado y 12 por ciento retraso motor severo. Conclusiones. El neurodesarrollo infantil es favorecido por la interacción de los padres y el equipo multidisciplinario de neurodesarrollo. No pudimos apreciar cambios en el desarrollo neurológico por el corto seguimiento y lo pequeño de la muestra. Es necesario evaluar la maduración neurológica del niño en etapas más tardías con un seguimiento periódico y más prolongado.
Asunto(s)
Humanos , Recién Nacido , Lactante , Relaciones Padres-Hijo , Trastornos Psicomotores/diagnóstico , Trastornos Psicomotores/etiología , Cuidado Intensivo Neonatal , Desarrollo Infantil , Educación/tendencias , Recién Nacido/psicologíaRESUMEN
Objetivo. Evaluar el efecto de un programa educativo de neurodesarrollo neonatal e infantil en los padres y el equipo de salud. Material y métodos. Se evaluó a 33 parejas de padres de neonatos que ingresaron a hospitalización, y a 33 enfermeras y médicos del mismo servicio. Ambos grupos recibieron el programa educativo, modular, impartidos por nueve diferentes especialistas. Se les evaluó en las tres esferas del conocimiento: cognoscitivo, psicomotor y afectivo, y se consideró a las 33 parejas y los 33 profesionales de la salud como sus propios controles. En el equipo de salud sólo se realizó evaluación de las esferas psicomotora y afectiva. Resultados. La diferencia estadística entre la evaluación promedio inicial y final del grupo de padres, fue altamente significativa en la tres esferas del conocimiento (p<0.01). En cambio, en el equipo de salud no existió diferencia estadística significativa entre la evaluación promedio inicial y final de las esferas psicomotoras y afectiva (p<0.05). Conclusiones. Es importante mantener programas educativos permanentes dirigidos a los padres sobre el neurodesarrollo neonatal e infantil para lograr su mayor participación. Por otro lado, el equipo de salud debería tomar cursos de neurodesarrollo neonatal e infantil, como parte de su responsabilidad profesional y ética.