RESUMEN
Resumen Las neoplasias cardíacas son entidades poco frecuentes en la práctica clínica cardiológica y dentro de éstas, la afectación metastásica es 20 a 40 veces más frecuente que la forma primaria, corres pondiendo al 95% de todos los tumores cardíacos; no obstante, debido a las características clínicas y oncológicas del tumor primario, los tumores cardíacos metastásicos son habitualmente subdiagnosticados. En este trabajo se presentan dos casos de pacientes con carcinoma anaplásico de tiroides, una mujer de 69 años con metástasis en ventrículo derecho y un varón de 61 años con metástasis en aurícula derecha. Ambos pacientes fallecieron durante la internación y a uno de ellos se le realizó autopsia.
Abstract Cardiac neoplasms are rare entities in the clinical practice. Cardiac metastatic involvement is 20 to 40 times more frequent than the primary form, representing 95% of all cardiac tumors; however, they are frequently underdiagnosed because of their clinical and oncologic features. In this report, we present two cases of cardiac metastasis from primary anaplastic thyroid carcinoma: a 69-years-old woman with right ventricular metastasis and a 61-years-old man with right atrial metastasis. Both patients died during their hospitalization and one of them underwent an autopsy.
Asunto(s)
Humanos , Masculino , Femenino , Persona de Mediana Edad , Anciano , Neoplasias Cutáneas , Neoplasias de la Tiroides , Carcinoma Anaplásico de Tiroides , Neoplasias Cardíacas/diagnóstico por imagen , MelanomaRESUMEN
Se presenta un hombre de 70 años, con antecedentes de hipertensión arterial, que padece un accidente cerebrovascular isquémico al quinto día de la cirugía de un adenocarcinoma de colon. El ecocardiograma trastorácico fue normal, pero el transesofágico mostró un gran trombo móvil adherido a una placa ateromatosa (debris) en la aorta torácica ascendente. Se realizó tratamiento anticoagulante y, al octavo mes del mismo, el ecocardiograma transesofágico comprobó la disolución del trombo sin detectarse complicaciones. El caso destaca la importancia del ecocardiograma transesofágico para detectar la fuente embolígena aórtica, la eficacia de la terapéutica anticoagulante y la posibilidad de un síndrome paraneoplásico