RESUMEN
La acusación que la Teoría de Evolución por Selección Natural (TESN) es irrefutable y que, por lo tanto no es científica, no puede resolverse presentando evidencia a su favor. La crítica indica que cualquier resultado estará a su favor y que, por ello, la evidencia no afecta su grado de verdad. La respuesta puede buscarse solo a nivel epistemológico, mientras que el análisis de la calidad y cantidad de la evidencia en favor de la TESN, provenga ella de la sistemática, la ecología, la etología, la fisiología o la genética molecular, pertenece al ámbito metodológico o científico. Como la TESN es el elemento central que aporta inteligibilidad a la biología, la reflexión filosófica sugiere la necesidad de reemplazar el requisito de refutabilidad como criterio único de "buena ciencia" por un criterio matizado, más amplio e igualmente riguroso, que atienda tanto la necesidad de que las teorías científicas tengan contenido empírico como la de aceptar y apreciar a las disciplinas históricas en el corpus de la ciencia. Las consecuencias de esos razonamientos para la práctica de la in-vestigación ecológica fueron analizadas anteriormente (Marone et al., 2002), pero el intento no parece haber sido comprendido por Néspolo (2003), quien lo tomó como un ataque a la TESN. Aquí se revisan los argumentos de los artículos mencionados, profundizando el análisis de las consecuencias de que la TESN sea una premisa de la investigación ecológica y se sugiere que la biología evolutiva se beneficiaría de un diálogo más fluido entre la ciencia y la filosofía