RESUMEN
Objetivo. Demostrar que la visualización directa de la cuerda espermática y sus alteraciones en pacientes con un cuadro escrotal agudo permite diagnosticar con alta certeza una torsión testicular, evitando los resultados falsos negativos de los signos indirectos, en especial del estudio Doppler cuando este demuestra flujo intratesticular. Material y métodos. En 6 pacientes con cuadro clínico de torsión y en quienes se detectó flujo intratesticular al examen Doppler (falso negativo para torsión) se efectuó además del examen convencional, el estudio dirigido a la cuerda espermática con traductores lineales de alta resolución para objetivar sus alteraciones en el lado sistomático y su normalidad en el lado asistomático. Resultados. En todos los pacientes se logró demostrar una rotación anómala en la cuerda espermática del lado afectado, cuyas características morfológicas se describen. Se observó además en este lado alteraciones en el flujo venoso determinado por la dificultad en su entorno. Conclusión. La torsión de la cuerda espermática es comúnmente denominada torsión testicular aun cuando la torsión primaria ocurre en el cordón. La exploración ha sido generalmente orientada al estudio del testículo con particular importancia de Doppler, con resultados equívocos en algunas ocaciones. Los cambios estructurales del testículo son poco confiables y de tardía manifestación en el curso de la enfermedad. La demostración de la rotación de la cuerda espermática es un signo directo para torsión altamente confiable para el diagnóstico, especialmente en presencia de flujo intratesticular a la exploración Doppler
Asunto(s)
Humanos , Masculino , Niño , Adolescente , Cordón Espermático , Torsión del Cordón Espermático , Cordón Espermático/anatomía & histología , Epidídimo , Testículo , Transductores , Ultrasonografía Doppler/estadística & datos numéricosRESUMEN
El rol de la radiología en el diagnóstico de la pancreatitis aguda (PA) y de sus complicaciones ya ha sido establecido. Las distintas clasificaciones que se han creado para determinar la gravedad de esta enfermedad (dentro de ellas la más conocida es la de Balhtazar) no se correlacionan adecuadamente con el manejo ni con el pronóstico del paciente. Por otra parte, muchos de los términos clínico-radiológicos para caracterizar las PA, no son ampliamente aceptados y más aún, son definidos en forma distintas por los diversos autores. El año 1992 el simposio sobre PA en Atlanta estableció una nueva clasificación con el fin de unificar criterios. Esta clasificación es usada en forma sistemática desde el año 1998 en el Hospital Clínico de la Universidad de Chile, existiendo una buena correlación con la evolución clínica de los pacientes. Se presenta la clasificación de Atlanta 1992, para su difusión y discusión en el resto de los servicio de imágenes del país