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Intervalo de año
1.
Rev. colomb. gastroenterol ; 35(3): 382-389, jul.-set. 2020. graf
Artículo en Español | LILACS | ID: biblio-1138798

RESUMEN

Resumen El tratamiento de la coledocolitiasis ha evolucionado de forma significativa desde que Robert Abbe realizó la primera coledocotomía y la exploración de las vías biliares en Nueva York, en 1889. La colangiopancreatografía retrógrada endoscópica (CPRE), que inicialmente fue un método diagnóstico, ahora solo tiene validez como método terapéutico. En la actualidad, los principales métodos diagnósticos son la colangioresonancia magnética (CRM) y la ultrasonografía endoscópica (USE). El tratamiento de la coledocolitiasis pasó de la técnica quirúrgica abierta -en la que, de forma rutinaria, se realizaba la coledocorrafia sobre un tubo de Kehr o tubo en T- a la endoscópica, mediante el uso de la CPRE, la esfinteroplastia y la instrumentación con balones y canastilla. Hoy en día se dispone de técnicas adicionales como la litotricia mecánica (LM) o extracorpórea, la dilatación con balón (DB) de gran tamaño y el Spyglass ® . La técnica laparoscópica se usa desde hace varios años, en diversas partes del mundo, para el tratamiento de la coledocolitiasis. Estudios recientes proponen incluso el cierre primario del colédoco o la coledocoduodenostomía, con lo cual no sería necesaria la utilización del tubo en T. Pero en muchos otros sitios, y por diversas razones, se continúa usando la exploración quirúrgica abierta y el tubo en T, que representa una importante opción en el tratamiento de algunos pacientes. Caso clínico: paciente masculino de 88 años, con coledocolitiasis recidivante, cálculo gigante de difícil manejo endoscópico y sepsis de origen biliar, que requirió drenaje quirúrgico abierto de urgencias. Se realizó una coledocotomía, y se dejó el tubo en T. Posteriormente, se efectuó un tratamiento exitoso conjunto, mediante instrumentación por el tubo en T, por parte de cirugía general, y CPRE, por gastroenterología.


Abstract The treatment of choledocholithiasis has evolved significantly since Robert Abbé performed the first bile duct exploration via choledochotomy in New York in 1889. Endoscopic retrograde cholangiopancreatography (ERCP), which was initially used for diagnosis, is now only valid as a therapeutic tool. Currently, the main diagnostic methods are magnetic resonance cholangiopancreatography (MRCP) and endoscopic ultrasound (EUS). The treatment of choledocholithiasis moved from the open surgery in which biliary stenting was routinely performed on a Kehr tube or T-tube, to the endoscopic technique using ERCP, sphincteroplasty and instrumentation with balloons and baskets. Additional techniques are now available such as mechanical or extra-corporeal lithotripsy, endoscopic papillary large balloon dilation and SpyGlass cholangioscopy. The laparoscopic technique has been used for several years in different parts of the world for the treatment of choledocholithiasis. Recent studies even propose performing the primary closure of the bile duct or choledochoduodenostomy, so that the T-tube is not necessary. However, in many other places, and for a variety of reasons, open exploratory surgery and the T-tube continue to be used, being an important option in the treatment of some patients. Case presentation: 88-year-old male patient with recurrent choledocholithiasis and a giant gallstone that was difficult to treat endoscopically, with sepsis of biliary origin, which required open surgical drainage at the emergency room. Choledocotomy was performed, and a T-tube was inserted at the site. Subsequently, a successful joint treatment was performed by the General Surgery Service and the Gastroenterology Service, using T-tube instrumentation and ERCP, respectively.


Asunto(s)
Humanos , Masculino , Anciano de 80 o más Años , Colangiopancreatografia Retrógrada Endoscópica , Coledocolitiasis , Cirugía General , Conductos Biliares , Coledocostomía , Mecánica
2.
Rev. cuba. cir ; 54(1): 18-24, ene.-mar. 2015. ilus
Artículo en Español | LILACS | ID: lil-754882

RESUMEN

Introducción: el estoma traqueal persistente o fístula traqueocutánea es una complicación tardía rara, que se caracteriza por la persistencia del orificio traqueal de 3 a 6 meses después de retirada la cánula de traqueostomía. Objetivo: describir las características y los resultados obtenidos en pacientes que presentaron fístula traqueocutánea después de retirar el tubo en T insertado para tratar estenosis isquémica de tráquea y subglotis. Métodos: una serie de 20 pacientes con fístula traqueocutánea fueron tratados en el servicio de Cirugía general del Hospital Hermanos Ameijeiras entre junio de 1993 y enero de 2011. Se describen las características de los pacientes en cuanto a edad, sexo, indicación quirúrgica, tiempo para retirar el tubo en T y detalles de la técnica quirúrgica. Resultados: el tiempo para retirar el tubo en T fluctuó entre 3 y 163 meses. Nueve enfermos permanecieron con el tubo hasta 12 meses, en 2 se retiró entre 13 y 36 meses y 9 fueron decanulados en 37 meses o más. Los pacientes tratados con colgajos de piel fueron 18 y con sutura simple, 2. Dos pacientes tuvieron infección de la herida, ambos en el grupo tratado con colgajo de piel, uno de los cuales tuvo recidiva de la fístula, que resolvió con una reintervención. Hubo seguimiento entre 6 y 61 meses, incluyendo el paciente reoperado. No se presentaron más recurrencias de la fístula ni de la estenosis. Conclusiones: el tratamiento quirúrgico con colgajo cutáneo es efectivo para tratar fístula traqueocutánea desarrolladas al retirar el tubo en T(AU)


Introduction: Persistent tracheal stoma or tracheocutaneous fistula is a late tare complication that is characterized by permanence of a tracheal orifice for 3 to 6 months after removing the tracheostomy cannula. Objective: To describe the characteristics and the results achieved in patients who presented with tracheocutaneous fistula after removing the inserted T-tube to treat ischemic stenosis of the trachea and subglottis. Methods: A series of 20 patients with tracheocutaneous fistula were treated at the general surgery service of Hermanos Ameijeiras hospital from June 1993 through January 2011. The characteristics of the patients in terms of age, sex, surgical indication, length of time for the removal of the T-tube and details of the surgical technique were described. Results: The length of time elapsed until the T-tube removal ranged from 3 to 163 months. Nine patients remained with the inserted T-tube for 12 months. The cannula was removed in 2 patients after 13 to 36 months and 9 were taken the cannula out after 37 months or more. The number of patients treated with cutaneous flaps amounted to 18 with single suture. Two patients suffered wound infection, both from the group under cutaneous flap treatment; one of them had fistula recurrence which was finally managed after reoperation. The follow-up lasted 6 to 61 months including the reoperated patient. Neither fistula nor stenosis recurrences were observed anymore. Conclusions: The surgical treatment with cutaneous flap is effective to treat tracheocutaneous fistula that may appear when the T-tube is removed(AU)


Asunto(s)
Humanos , Procedimientos de Cirugía Plástica/métodos , Colgajos Quirúrgicos/cirugía , Fístula Traqueoesofágica/complicaciones , Fístula Traqueoesofágica/cirugía , Traqueostomía/efectos adversos
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