RESUMEN
A partir de la década de los setentas se ha demostrado una importante dependencia direccional entre los sistemas inmune (SI) y el sistema nervioso central (SNC), con la intervención de mensajeros comunes. Las citocinas del SI son capaces de modular respuestas y procesos a nivel del SNC, mientras que los neurotransmisores y neuropéptidos pueden a su vez ejercer su efecto sobre grupos celulares especificos del SNC. Un grupo importante de estos péptidos es el de los opioides endógenos, como las endorfinas y las encefalinas. Las endorfinas alfa y beta tienen la capacidad de activar la quimiotaxis e influenciar la diferenciación y proliferación de linfocitos T y B. La ß-endorfina incrementa la actividad de las células natural killer (NK). La met-encefalina y la leu-encefalina desarrollan funciones de tipo inmunomodulador con respecto a la producción de anticuerpos (Acs) por las células plasmáticas. Incrementan la producción de Acs., pueden aumentar el número de leucocitos circulantes y la producción de interleucina-2 (IL-2). Una vía en el sistema neuroinmunológico es controlada por el eje-HPA (hipotálamo-pituitaria-adrenales, principal coordinador y regulador de las interacciones entre el sistema inmune, el SNC y el endocrino