RÉSUMÉ
Siendo la morbimortalidad del carcinoma invasor del cérvix uterino tan elevada, tanto por la patología per se como por el tratamiento que requiere para su erradicación, debe insistirse en su prevención. Se reconoce a la Radioterapia, en cualquiera de sus modalidades de administración, como el tratamiento idóneo; sin embargo, no está exenta de graves y penosas complicaciones. Cuando se ha logrado el control de la actividad neoplásica, resulta incongruente que los efectos adversos del tratamiento aplicado, sean más severos que los ocasionados por la enfermedad primaria. Desde 1958, se han registrado un total de 127 casos de pacientes que desarrollaron una Fístula Recto-Vaginal de origen actínico, durante el tratamiento radiante de un carcinoma de cuello uterino, en el Instituto de Oncología "Luis Razetti" de Caracas. A todas estas pacientes se les realizó alguna modalidad de tratamiento quirúrgico con miras a restablecer la continuidad del septum rectovaginal. La finalidad del tratamiento quirúrgico fue sustituir el tejido irradiado, sometido a una isquemia crónica, por un tejido sano. Para ello se consideró previamente, la derivación fecal mediante la realización de una Colostomía. Posteriormente, un procedimiento de reparación local, combinando técnicas de colpoplastia y migración de tejido viable no irradiado (Descenso o Pulthrough y/o Injerto pediculados). El grupo estudiado resultó ser muy heterogéneo, y al carecer de un protocolo reconocido para el manejo de las complicaciones actínicas, fue muy laborioso evaluar la efectividad de los tratamientos realizados. Sin embargo, se pudo apreciar una tendencia mayor a favorecer los tratamientos combinados para alcanzar los objetivos previstos en la reparación del septum rectovaginal irradiado. El éxito se logró sólo en 18 pacientes, no pudiendo demostrar la efectividad de los tratamientos realizados. Sin embargo, se pudo apreciar una tendencia mayor a favorecer los tratamientos combinados para alcanzar los objetivos previstos en la reparación del septum rectovaginal irradiado. El éxito se logró sólo en 18 pacientes, no pudiendo demostrar la efectividad de un único esquema terapéutico. Debemos concluir que la prevención del carcinoma del cuello uterino y de los efectos actínicos severos a consecuencia de su tratamiento, es primordial. El control local de la infección y la sustitución del tejido desvitalizado por el tejido no irradiado, es la maniobra terapéutica a seguir una vez establecida la fístula