RÉSUMÉ
Se llevó a cabo un estudio transversal para conocer la prevalencia de vaginitis y vaginosis bacteriana, y su asociación con las manifestaciones clínicas, de laboratorio y la respuesta al tratamiento. De enero a julio de 1994, se estudiaron 405 mujeres, se les aplicó un cuestionario y se les tomó muestra de secreación vaginal para la medición del pH y la producción de amina; e identificar microscópicamente por técnicas de preparación en fresco y tinción de Gram la presencia de microflora normal, levadura, Trichomonas vaginalis y ®células clave¼; para el tratamiento de moniliasis se utilizó clotrimazol, en vaginosis bacteriana y tricomoniasis, metronidazol. Los datos obtenidos se analizaron en programas estadísticos SPS/PC y EGRET. Los resultados mostraron que 47.7 por ciento (193/405) de las mujeres presentaron al menos alguna infección vaginal, de ellas la moniliasis fue de 26.0 por ciento (105/405), vaginosis bacteriana 16.5 por ciento (67/405) y tricomoniasis 1.7 por ciento (7/405). El cuadro clínico asociado a moniliasis fue prurito, dispareunia, eritema en introito, inflamación vaginal y presencia de flujo vaginal; las pacientes con vaginosis bacteriana cursaron asintomáticas, identificando en la exploración ginecológica sólo la presencia de flujo vaginal amarillo. Un hallazgo importante asociado con la vaginosis bacteriana fue el antecedente de parto prematuro. Las pacientes con tricomoniasis también cursaro asintomáticas, y se observó asociación con lesiones cervicales, friabilidad, puntilleo hemorrágico y flujo amarillo. La respuesta terapéutica de las mujeres con moniliasis fue satisfactoria en 92 por ciento, en vaginosis bacteriana de 93 por ciento y en tricomoniasis de 100 por ciento. Es importante, asimismo, el médico debe realizar exploración ginecológica rutinaria en mujeres sexualmente activas y apoyarse de preferencia en el laboratorio para realizar un diagnóstico preciso de las infecciones vaginales