Sujet(s)
Humains , Mâle , Adolescent , Adulte , Composition corporelle , Densité osseuse , Squelette , Football , Éducation physique et entraînement physique , Médecine du sportRÉSUMÉ
Se estudiaron prospectivamente las pacientes que sufrieron fracturas de cadera ante traumatismos leves o moderados, internados consecutivamente durante 12 meses en el Hospital de Clínicas (6/93 - 5/94): 102 mujeres entre 52 a 94 años de edad (promedio + l DS: 79,5 + 9,1 años) y 17 hombres entre 61 a 98 años de edad (79,7 ñ 9,9 años) sufrieron dicha fractura. La relación mujer: hombre fue de 6:1. Se estudiaran también 55 mujeres controles que no padecían enfermedades que afectaran directamente el esqueleto y que no habían sufrido fracturas de cadera: edade 77,1 + 5,8 años. Las pacientes con fracturas de cadera presentaron menor peso (p < 0,01), menor edad de comienzo de la menopausia (p < O,01), y una tendencia a mayores antecedentes familiares de fractura de cadera (p < O,08), comparando con las mujeres controles de similar edad. Excluyendo las fracturas vertebrales, el 44 por ciento de las pacientes con fracturas de cadera habían sufrido fracturas esqueléticas previas, mientras que sólo el 16 por ciento de las mujeres controles tuvieron fracturas previas (p < O,001). Las fracturas previas más frecuentes fueron las de muñeca y húmero. El 48 por ciento de las mujeres con fracturas de cadera presentaron por lo menos un aplastamiento vertebral. Las mujeres con fracturas de cadera presentaron con mayor frecuencia antecedentes de afecciones que favorecem la inestabilidad postural: Los estudios bioquímicos mostraron niveles significativamente disminuidos, de albuminemia (p < 0,001), calcemia (p < 0,01) y significativamente incrementados de PTH (p < 0,05) en los pacientes comparado con los controles. También presentaron una densidad mineral ósea (medida por absorciometría de rayos X) significativamente disminuida en el fémur proximal, esqueleto total, piernas y pelvis (p < 0,001), cráneo y columna total (p < 0,05). La evaluación de la composición corporal mostró que las pacientes con fracturas de cadera tenían una masa magra significativamente menor (p < O,05) comparado con los controles. El tejido graso también fue menor que en los controles, pero no alcanzó significación estadística. Los estudios efectuados indican que las fracturas de cadera en las mujeres son el resultado final de una serie de factores previos: menopausia más temprana, menor nutrición y peso corporal, presencia de enfermedades previas que aumentan las posibilidades de sufrir caídas, niveles más elevados de PTH y una masa ósea disminuida, que por lo general ya ha contribuido a la ocurrencia de fracturas óseas previas. La prevención de las fracturas de cadera debe estar dirigida a múltiples factores, teniendo en cuenta en especial aquellos que puedan ser modificados.
Sujet(s)
Humains , Mâle , Femelle , Adulte d'âge moyen , Composition corporelle , Densité osseuse , Fractures de la hanche/métabolisme , Sujet âgé de 80 ans ou plus , Fractures de la hanche/chirurgie , Études prospectives , Facteurs de risqueRÉSUMÉ
Twenty five postmenopausal Caucasian women with established osteoporosis or severe osteopenia were treated with continuous combined estrogen/progesterone (2 mg 17 beta estradiol and 5 mg medroxiprogesterone) and 1000 mg of calcium daily. The mean age of the patients was 57 + 6 years (range 44 to 69 years), and the average postmenopausal interval was of 10.7 + 4.2 years. The bone mineral density (BMD) of the lumbar spine and proximal femur was determined using DXA densitometer at baseline, 12 and 24 months of treatment. Serum and urine measurements were done at baseline and 12 months. After 24 months of treatment bone mineral density increased at the trochanter 10.2 per cent p<0.001, lumbar spine 9.6 per cent p<0.001, Ward's triangle 8.6 per cent p<0.005 and femoral neck 5.7 per cent p<0.001 in comparison to basal levels. In the first year of treatment serum alkaline phosphatase and urinary hydroxiproline diminished significantly in comparison to basal levels (p<0.001, for both). In conclusion, this study indicates that continous combined estrogen progesterone therapy descreases bone turnover and increases BMD of the spine, femoral neck and trochanter in established osteoporosis.