RESUMO
Se estudiaron los 14 expedientes de veinte embarazadas, que sufrían de Lupus Eritematoso Sistémico (LES) y que fueron atendidas en el Servicio de Reumatología del Complejo Hospitalario Metropolitano de Seguro Social (CHMSS), entre enero de 1975 y marzo de 1985. En cada embarazada se estudió la actividad lúpica antes, en cada trimestre de gestación y después del embarazo; y se observó que la enfermedad afecta al producto de la gestación y es la causa de abortos (30 a 35%) y de nacimientos prematuros (25%). Se observó que el prognóstico es mejor en pacientes controlados y en remisión al momento de la gestación; que la exacerbación es frecuente en el primer trimestre (57%) y después del embarazo (23%); y que el prognóstico es peor en las pacientes que sufren de nefropatía grave o que no son tratadas con suficiente cantidad de cortisona. Se aconseja que el embarazo comience solamente en el período de inactividad lúpica; y un estricto control del paciente, por el médico obstetra y por el internista, durante toda la gestación
Assuntos
Gravidez , Humanos , Feminino , Complicações na Gravidez/fisiopatologia , Lúpus Eritematoso Sistêmico/fisiopatologia , Aborto Espontâneo/etiologia , Corticosteroides/uso terapêutico , Trabalho de Parto Prematuro/etiologia , Cuidado Pré-Natal , Lúpus Eritematoso Sistêmico/tratamento farmacológicoRESUMO
De 1973 a 1983 fueron internados en el Complejo Hospitalario Metropolitano de la Caja de Seguro Social de Panamá ventidós pacientes que egresaron con diagnóstico de Polimiositis (PM) o de Dermatomiositis (DM) y que fueron observados de seis meses a diez años. La mayoría de los casos fueron del sexo femenino y tenían cuarenta o más años de edad. Los clasificamos según los criterios de Bohan y Peter, porque facilitan conocer la evolución y el efecto del tratamiento. La enfermedad evolucionó sin ser reconocida inicialmente; por esa razón es necesario que los médicos sospechemos la enfermedad en todo paciente que presenta pérdida progresiva de peso, debilidad muscular y lesiones cutáneas. La mayoría de los casos respondieron satisfactoriamente al tratamiento con Corticoides. Los que eran refractarios o presentaron recaídas mejoraron al ser tratados con un inmunosupresor, como el Methotrexate, por vía intravenosa, o con Azathioprina, por vía oral. El tratamiento puede ser delicado y prolongado; por esa razón recomendamos que el control y el seguimiento de los pacientes debe ser vigilado por un médico que tenga experiencia en la evolución de la enfermedad y en el uso de la droga prescita