RESUMO
La patología apendicular pediátrica representa un reto para el médico: no detectada tempranamente aumenta la morbimortalidad y el costo hospitalario. Es importante su diagnóstico temprano, esencialmente mediante el cuadro clínico, destacando en éste, por su consistencia, postración, anorexia, dolor abdominal y vómito. La taquicardia, la febricula o la fiebre, generalmente sugieren complicaciones. Siempre deberá complementarse el diagnóstico a través de los datos de laboratorio (leucocitosis, bandemia y neutrofilia) así como las imágenes radiológicas sugestivas. El laboratorio y los estudios de gabinete nunca deberán ser concluyentes. Son frecuente los hallazgos de la fases evolutivas avanzadas de la patología apendicular en el grupo pediátrico, ya que un alto porcentaje de los pacientes son sometidos a tratamiento con diagnóstico equivocado. Aunque hay un margen del 30 al 35 por ciento de laparotomías negativas, se compensan por la resolución quirúrgica oportuna