RESUMO
De la revisión de la literatura se desprende que el tromboembolismo pulmonar es una patología frecuente pero insuficientemente diagnosticada en vida. Si se considera que más del 95% de los casos son debidos al desprendimiento de tromboémbolos desde las extremidades inferiores, se comprende que la prevención de trombosis venosa profunda es mandatoria en todos los pacientes de alto riesgo. El diagnóstico de tromboembolismo pulmonar puramente clínico es difícil de establecer con certeza, por lo que se debe recurrir a otros elementos de ayuda. Entre éstos son útiles, por su rápida disponibilidad, el estudio de gases arteriales; el electrocardiograma de reposo y la radiografía de tórax, pero son, sin duda, de mayor especificidad y valor diagnóstico el cintigrama de ventilación-perfusión y la arteriografía pulmonar. El tratamiento del tromboembolismo pulmonar puede, en la mayoría de los pacientes, ser iniciado con heparina, procurando llevar el tiempo de tromboplastina parcial activado a 1,5 - 2,0 veces el valor control. El tratamiento con fibrinolíticos se considera de elección en pacientes con tromboembolismo pulmonar masivo. La cirugía se reserva sólo para una minoría seleccionada de pacientes