RESUMO
La incidencia de necrosis avascular en el astrágalo luego de una lesión grave ha dado lugar al concepto de que su aporte sanguíneo es inadecuado porque 3/5 partes de su superficie están cubiertas por cartílago y porque carece de inserciones musculares. Wildenauer describió una irrigación abundante a partir de la arterias tibial posterior, pedia y peronea. Realizamos un estudio clínico, radiológico, angiográfico y anatómico para corroborar las afirmaciones de Wildenauer y comprobar la alteración del aporte vascular postraumático. En 20 pacientes operados entre 1988 y 1998 por fracturas y/o luxaciones del astrágalo se valoraron: edad, sexo, tiempo transcurrido desde la lesión hasta el tratamiento, clasificación y complicaciones. Se realizaron 5 disecciones anatómicas y 9 angiografías, comparando pacientes con lesiones astragalinas con un grupo control. Se corroboró la importante contribución vascular proveniente de la red perióstica medial, de las arterias del seno y del conducto del tarso. Se puede concluir que la intensidad del traumatismo está relacionada con la probabilidad de necrosis avascular debido a la interrupción de la circulación intraósea (por compresión y conminución del hueso en el momento del impacto) y la desinserción de los tejidos blandos que proveen el aporte circulatorio