RESUMO
La alimentación de los lactantes durante el primer año de vida tiene gran influencia en el crecimiento y desarrollo posterior, sobre todo en el lactante de muy bajo peso al nacer. El objetivo de este trabajo fue caracterizar el consumo de energía y macronutrientes en un grupo de recién nacidos, con peso inferior a 1 800 g y compararlo con un grupo control de término, para conocer si existía un consumo adecuado durante el primer año de vida. Para ello, se realizó un estudio de cohorte en 25 recién nacidos con peso al nacer menor de 1800 g y 34 semanas de edad gestacional, en el Hospital Ginecoobstétrico "Ramón González Coro", en Ciudad de La Habana, desde enero del 2000 hasta enero del 2001 y en 25 recién nacidos de buen peso a término como grupo control. Se realizó encuesta dietética de registro de 3 días, y a los 4, 6, 9 y 12 meses de edad para evaluar el consumo de macronutrientes. Los datos se procesaron por el Programa para la evaluación del consumo de alimentos (CERES). El consumo de energía fue adecuado, pero con un desequilibrio manifiesto de los macronutrientes en uno y otro grupos, a expensas del consumo de proteínas que fue excesivo (5 g/kg/día) durante todo el primer año de vida y una baja densidad energética de la dieta. Se hace necesaria una revisión de la ablactación en los lactantes, del tipo de leche utilizado durante los primeros meses de la lactancia y los hábitos alimentarios de la población, con el objetivo de mejorar su calidad durante los primeros años de la vida
Assuntos
Humanos , Masculino , Feminino , Lactente , Peso ao Nascer , Desnutrição Proteico-Calórica , Recém-Nascido de Baixo PesoRESUMO
Se realizó un estudio descriptivo en el Servicio de Terapia Intensiva Neonatal del Hospital Ginecoobstétrico "Ramón González Coro" de Ciudad de La Habana, desde enero del 2000 hasta enero del 2002, con el objetivo de valorar las ventajas del uso de nutrición parenteral (NP) precoz en los neonatos críticamente enfermos, durante la primera semana de vida. Se compararon 2 grupos de 23 recién nacidos críticos, uno de ellos recibió alimentación parenteral (grupo I) y el otro no (grupo II). Se encontró homogeneidad en ambos grupos en cuanto a peso, edad gestacional, valoración nutricional al nacer, sexo y morbilidad inicial. La nutrición parenteral se caracterizó por su uso precoz (menos de 72 horas), conjuntamente con alimentación enteral mínima. La media del aporte máximo de macronutrientes fue de 16 g/kg/d de dextrosa, 1,2 g/kg/d de lípidos y 2 g/kg/d de proteínas. El desarrollo nutricional fue más favorable en el grupo con NP, porque le disminuyó a la mitad el tanto por ciento de peso perdido en la primera semana de vida, le sostuvo mayor aporte energético durante ese período y recupó 7 días antes su peso del nacimiento en relación con el grupo II. Las complicaciones fueron similares en ambos grupos, para concluir en que estas no estuvieron relacionadas con el uso de NP.