RESUMO
Para los organismos heterótrofos, entre los cuales se encuentra el hombre y otros animales, la materia que les sirve de alimento debe satisfacer parámetros, no sólo de cantidad, sino también de calidad. Así, no basta con ingerir cantidad apropiadas de un determinado nutriente, sino que la fracción de éste que está biodisponible, es decir, susceptible de ser asimilada, sea suficiente para compensar las demandas metabólicas del individuo. Bajo el término "biodisponibilidad" se intenta incluir el resultado de una secuencia compleja de eventos metabólicos (digestibilidad, solubilización, absorción acumulación y liberación tisular, transformaciones enzimáticas, secreción y excreción) difíciles de medir y dependientes, muchos de ellos, de la edad y las condiciones fisiológicas y hormonales de los individuos. Aunque esta definición ha ganado aceptación, y es esencialmente correcta, al mismo tiempo es poco práctica. Ello es debido a que no se señala un parámetro sencillo y/o único que, al ser evaluado, pudiera representar la biodisponibilidad de un nutriente. En este trabajo se exploran las complejidades de las mediciones de biodisponibilidad, desde los puntos de vista conceptual y metodológico, y se discute la relevancia de tales mediciones en el establecimiento de aportes nutricionales recomendados y de guías de alimentación