RESUMO
Introducción: El objetivo de este estudio fue determinar los niveles de los principales reactantes de fase aguda (proteína C reactiva y eritrosedimentación) en el posoperatorio de una reconstrucción artroscópica del ligamento cruzado anterior sin complicaciones y analizar si diferentes variables del tratamiento realizado podrían alterar esos valores. Materiales y Métodos: Se llevó a cabo un estudio prospectivo de todas las reconstrucciones del ligamento cruzado anterior realizadas en nuestro Hospital, entre diciembre de 2012 y diciembre de 2013. Los niveles en sangre de proteína C reactiva, eritrosedimentación y leucocitos fueron determinados un día antes de la intervención, y a las 24 horas y a los 15 y 30 días de la cirugía. Se recogieron diferentes variables de la intervención: tiempo de isquemia, tiempo de cirugía, tipo de injerto y diferentes gestos asociados a la reconstrucción (sutura meniscal, microfracturas, etc.). Resultados: De los tres reactantes analizados, la proteína C reactiva es la que presenta un ascenso más elevado en el posoperatorio, es la única que vuelve a valores basales a los 30 días de la intervención (p >0,05). En cuanto a las variables analizadas, sólo el tiempo de isquemia se relacionaba con valores más elevados de proteína C reactiva. Conclusiones: La monitorización de la proteína C reactiva es una prueba práctica y sensible para detectar complicaciones después de la cirugía de ligamento cruzado anterior. Ante valores elevados a partir de los 15 días y si existe sospecha de infección debe realizarse una punción articular. Nivel de evidencia: IV
Background: The purpose of this report was to determine the levels of inflammatory blood markers over the time after a successful arthroscopic anterior ligament reconstruction and to analyze if any variable of surgical treatment alter this blood marker. Methods: A prospective review was conducted including all anterior cruciate ligament reconstructions performed in our institution between December 2012 and December 2013. C-reactive protein, erythrocyte sedimentation rate and white blood cell count were determined before surgery and at days 1, 15 and 30 postoperatively. Different variables of surgical treatment were collected: ischemic and surgical time, type of graft, associated injuries or type of treatment (meniscal suture, microfractures, etc.). Results: C-reactive protein rose abruptly with surgery and decreased progressively over the time. This was the only marker that returned to preoperative levels by day 30 (P >0.05). Ischemic time was associated with high levels of C-reactive protein. None of the associated treatments had significant effect on C-reactive protein, erythrocyte sedimentation rate or white blood cell count. Conclusions: Blood levels of C-reactive protein can help to take a therapeutic decision when an infection is suspected. If elevated C-reactive protein levels persist after 15 days postsurgery, the presence of infection through arthrocentesis must be ruled out. Level of evidence: IV.