RESUMO
Antecedentes: desde hace más de una centuria el eosinófilo se ha considerado decisivo en la producción de asma. Material y método: se estudiaron 600 sujetos, elegidos al azar, con edades entre 1 y 55 años, 300 son asmáticos y el resto estaban aparentemente sanos. Resultados: en los 300 asmáticos, la concentración media de eosinófilos en sangre periférica fue de 615.93/m al cubo, (p=0.000004, R = 2.13), los asmáticos con concentraciónes de eosinófilos circulantes superiores a 400/mm al cubo tuvieron más cuadros de asma agudizada por mes (p= NS) y demandaron con mayor frecuencia los servicios hospitalarios para su estabilización (p = 0.00001, R = 3.56). En 195 enfermos se detectaron eosinófilos en el moco nasal con una concentración media de 10.54 por ciento. (p= 0.04, R= 0.70). Conclusiones: la incidencia y prevalencia del asma se ve favorecida por la carencia de sensores predictivos. En este estudio los eosinófilos sanguíneos y nasales en niveles elevados se identificaron en sujetos de alto riesgo; en consecuencia, se propone su utilización para el diagnóstico oportuno y seguimiento a fin de aplicar medidas en la fase de equilibrio de la cadena salud-enfermedad