RESUMO
El uso actual de los antibióticos no se da únicamente con fines terapéuticos, sino que se ha extendido hacia la prevención de enfermedades y como promotores del crecimiento en animales. Esta prácticas han llevado a la propagación de resistencia a antibióticos, lo cual representa un riesgo en Salud Pública. En el presente estudio, se evaluó el perfil de sensibilidad a antibióticos de 20 cepas de Listeria monocytogenes y 40 cepas de Salmonella spp. aisladas a partir de alimentos y se comparó con los perfiles de sensibilidad de 20 cepas de L. monocytogenes y 100 de Salmonella sp de origen clínico.El 95 por ciento de las cepas de L. monocytoges aisladas a partir de alimentos fue sensible a ampicilina, comparado con el 65 por ciento de las cepas de origen clínico. De la misma manera, el 100 por ciento de las cepas alimentarias mostraron sensibilidad a la gentamicina, comparado en el 85 por ciento de las cepas clínicas. El 95 por ciento de ambas mostró sensibilidad a tripetropin sulfametoxazol y el 100 por ciento a ciprofloxacina.Con respecto a Salmonella spp., para los antibióticos trimetoprim sulfametoxazol, gentamicina, ciprofloxacina, ácido nalidíxico y amoxicilina/ácido clavulánico, los porcentajes de sensibilidad fueron similares, sin embargo, las cepas de origen alimentario mostraron un 97,5 por ciento y un 82.5 por ciento de sensibilidad a la tetraciclina y cefalexina respectivamente, comparado con un 83 y 90 por ciento obtenido a partir de las cepas de origen clínico.Los resultados obtenidos ponen de manifiesto el riesgo potencial que representan las cepas bacterianas aisladas de alimentos en la transmisión de resistencia a los antibióticos