Personalidad y enfermedades afectivas / Personality and affective diseases

RESUMEN

El tema de la relación entre la personalidad y las enfermedades afectivas (depresión mayor, ciclotimia y las distintas formas de bipolaridad) ha sido revisado extensamente en los últimos años por los autores norteamericanos H.S. Akiskal (1983) y Katherine Phillips et al.(1990). Los resultados de ambas revisiones son al menos confusos, puesto que muestran una enorme gama de formas distintas de relacionarse la personalidad y el cuadro afectivo ( ninguna de ellas esencial). Esto contradice en cierto modo la experiencia clínica cotidiana de que los depresivos monopolares son personas con características más o menos comunes y propias y lo mismo valdría para los bipolares. El autor plantea que las razones de la confusión reinante, así como de los resultados contradictorios obtenidos a este respecto en investigaciones empíricas, se podría deber a la falta de definiciones adecuadas (y no sólo estrictas) tanto del síndrome depresivo como del trastorno de personalidad. Lo primero intenta demostrarlo a través de las ventajas que tendría una fenomenología del síndrome depresivo sobre las definiciones operacionales. Lo segundo, a través de la teoría de los tipos ideales de Max Weber, que parece mucho más adecuada para la conceptualización de los trastornos de personalidad que la mera enumeración de rasgos obtenidos estadísticamente. Ejemplos de tipos ideales demostrados luego por investigaciones empíricas (von Zerssen y col., 1969, 1982, 1988) serían el typus melancholicus de Tellenbach (1961) y el typus manicus de von Zerssen (1988). Por último, se dan a conocer los interesantes resultados de una investigación sobre el tema realizada en Chile por Anneliese Dörr (1991) y dirirgida por el autor y en la cual los planteamientos de los mencionados autores alemanes sobre las relaciones entre personalidad y enfermedad afectiva se vieron ampliamente confirmados