Consumo de tabcoo, una enfermedad social
Rev. Inst. Nac. Enfermedades Respir
; Rev. Inst. Nac. Enfermedades Respir;17(3): 204-214, sep. 2004.
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| LILACS
| ID: lil-632525
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MX1.1
RESUMEN
Pese al esfuerzo organizado para controlar la malignidad derivada del tabaquismo, éste no ha sido suficiente. Conviene hacerle caso al fuerte componente de enfermedad social que tiene. El modo de frenarlo es todo un proceso y hoy está en maduración social. La dinámica de intervención ha de retroalimentarse por sus resultados. Los indicadores de morbimortalidad, riesgos y tendencias de la vigilancia epidemiológica demuestran el grado en que se involucra la sociedad. Se cuenta con un cuerpo de evidencias que relaciona la conducta de las personas individualmente y la influencia del medio social. También hay un Convenio Marco Legal que México ha suscrito y ayudará a aumentar la presión social. El tabaquismo es una enfermedad grave que requiere cuidados individuales y comunitarios en la población desde la edad escolar. Urge despertar la conciencia social y mantener el interés por cuidarse, al grado en que lo han advertido quienes por ello han perdido salud y bienestar. Los profesionales de la salud dan testimonio de las enfermedades, miserias y muerte; no pueden renunciar a dar el ejemplo pertinente en cuanto a cuidado. Además, hay otras profesiones que también deben estar involucrados. Es necesario innovar estrategias, investigar al detalle y ensayar acciones-costo efectivas. Hay que atender las implicaciones del cambio con fines preventivos hacer ajustes al concepto donde se acepte el tabaquismo como enfermedad debida a una conducta desviada, individual y colectivamente; atender los riesgos como enfermedad social e innovar estrategias de promoción de la salud y bienestar desde el punto de vista de la idiosincrasia. La participación conjunta de la comunidad tiene sus ventajas. Bajo el entorno de armonía y buena voluntad es más probable conseguir la meta que sin contar con éstos.
ABSTRACT
Organized effort to control tobacco consumption and its malignant effects has not been enough. It is therefore convenient to focus on the strong social disease component it encloses. To stop this disease it must undergo a social maturing process. The dynamics of intervention should be fed back by their results. Mortality, morbidity, trends and risks are good indicators of the degree of social involvement. Today, there is a body of evidence about the interrelationship between individual behavior and the social environment. Also, Mexico has formally accepted the Framework Convention on Tobacco Control, which will help to increase social pressure. Smoking requires individual and social care at all ages starting from elementary school. It is urgent to raise public awareness and encourage the concern for taking care. Health professionals, who are the best witnesses of smoking consequences diseases, miseries and deaths, should be more concerned and give the good example. Other professions should also be involved. It is necessary to innovate strategies and continue looking for cost - effective trials. There is a need to modify the present concept with preventive implications such as adjusting the present concept, considering tobacco consumption a consequence of a deviation of individual and social behavior; taking care of the new social disease risks; improving health and well-being promotion programs in a cultural environment. Shared community actions are advantageous. A harmonic environment contributes to reach the goal.
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1
Index:
LILACS
Language:
Es
Journal:
Rev. Inst. Nac. Enfermedades Respir
Journal subject:
PNEUMOLOGIA
Year:
2004
Type:
Article