Los enterococos son intrínsecamente resistentes a varias clases de antimicrobianos y presentan una gran capacidad para adquirir mecanismos de resistencia. La resistencia a los antibióticos p-lactámicos es preocupante porque estos fármacos solos o combinados se usan comúnmente para el tratamiento de las infecciones enterocócicas. La mayoría de los aislamientos hospitalarios de Enterococcus faecium presentan resistencia a la ampicilina, la cual es rara en Enterococcus faecalis. El alto nivel de resistencia a la ampicilina en E. faecium se debe principalmente a la hiperproducción de PBP5 y/o a polimorfismos en la subunidad beta de esta proteína. La propagación de esta resistencia puede deberse tanto a la diseminación clonal de cepas con genes pbp5 mutados como a la transferencia horizontal de genes.