Se presentan los hallazgos clínicos y citogenéticos de una niña de 9 años que padecía del síndrome de Wolf-Hirschhorn y de epilepsia. Se discute la diferencia en la talla del propositus, con la informada por otros autores, y se destaca la importancia del análisis cromosómico en pacientes epilépticos con estigmas malformativos (AU)