Se clasifican en pruebas genéricas, específicas no invasivas y específicas invasivas. La
gasometría arterial, la
radiografía de
tórax y el
electrocardiograma pertenecen al primer grupo, y es recomendable su realización ante un
paciente con sospecha de
embolia pulmonar. Dentro del segundo grupo, la
determinación del dímero D es imprescindible en el algoritmo
diagnóstico; la
gammagrafía de ventilaciónperfusión ha sido la más utilizada hasta la actualidad, pero el desarrollo de la angio-TC multidetectora, que además ofrece la posibilidad del estudio simultáneo de las
extremidades inferiores para la
detección de una
trombosis venosa profunda, la ha desplazado a un segundo término; la
resonancia magnética o la
tomografía computarizada por emisión monofotónica (
SPECT) pueden ser una alternativa a la angio-TC, aunque la experiencia con ellas es menor; la
ecocardiografía transtorácica tiene sobre todo valor
pronóstico y la eco-Doppler de las
extremidades inferiores es el
método no invasivo por excelencia para
diagnosticar una
trombosis venosa profunda. Las pruebas invasivas son poco accesibles y
sus indicaciones, muy limitadas hoy en día. Se puede concluir que es posible el manejo no invasivo (
probabilidad clínica, dímero D y angio-TC de
tórax y
extremidades inferiores) en la mayor parte de los
pacientes con sospecha de
embolia pulmonar