Los movimientos anormales no convulsivos, secundarios a encefalitis, si bien son poco frecuentes, representan un importante desafío para el diagnóstico diferencial, tratamiento y pronóstico de estos enfermos, como se ilustra en cinco casos clínicos cuyas edades fluctuaban entre 2 y 10 años. Todos sufrían intensos movimientos anormales y la explicación más probable para su enfermedad, en base a los demás hechos clínicos, las alteraciones electroencefalográficas y los exámenes de imagen fue encefalitis. En la evolución de la fase aguda de su trastorno predominaban severos movimientos extrapiramidales. El seguimiento a largo plazo mostró que, si bien las manifestaciones iniciales pueden ser muy importantes, el pronóstico a mediano y largo plazo de los pacientes cuya encefalitis se expresa como movimientos anormales fue bueno ya que los pacientes, con sólo una excepción -atribuible a un episodio de hipoxia severa ocurrido varias semanas después y relacionado con asistencia mecánica de la ventilación por neumonía severa-, no mostraban secuelas a largo plazo