El
trauma cardíaco constituye una de las primeras
causas de
mortalidad en la
población general. La gran mayoría son causados por
accidentes automovilísticos. Su
diagnóstico es difícil y requiere alto índice de sospecha en
trauma cerrado. Posee un
índice de mortalidad muy elevado, cercano al 76%. Existen varios
métodos diagnósticos disponibles para facilitar su
detección pero ninguno logra alcanzar una sensibilidad cercana al 100%. El
trauma cardíaco contuso puede variar desde
lesión cardíaca asintomática hasta ruptura cardíaca y
muerte. Actualmente se utilizan
marcadores bioquímicos como
enzimas cardíacas, siendo la
Troponina I la más específica; y electrofisiológicos como hallazgos en el
electrocardiograma sugestivos de
bloqueo de rama y
taquicardia sinusal, siendo estos los más frecuentemente encontrados.