ABSTRACT
La anestesiología ha evolucionado de forma espectacular en las dos últimas décadas, y buena parte de este desarrollo es paralelo al de otras disciplinas básicas y de aplicación clínica, como es el caso de la inmunología. La actuación del anestesiólogo se extiende a todos los aspectos implicados en el período perioperatorio. La cirugía, el propio procedimiento anestésico y otras aplicaciones asociadas, como la transfusión sanguínea, alteran los mecanismos de la respuesta inmune del paciente y entran, por tanto, en el ámbito de control del anestesiólogo; la repercusión que tienen sobre el paciente es importante dado que suponen un mayor riesgo de infección postoperatoria y un aumento en la recurrencia de enfermedades neoplásicas. Esta revisión repasa los conocimientos disponibles sobre cómo y en qué medida se afecta el estado inmune en el perioperatorio.En general, la cirugía y la anestesia inducen una depresión inmunitaria. Es posible demostrar un descenso en el número y actividad de las células inmunocompetentes circulantes, y alteraciones de diverso signo en la síntesis de proteínas de fase aguda y de interleucinas. Su estudio es complejo dado que es difícil valorar el efecto aislado de cada factor implicado, y el diseño de los estudios experimentales o clínicos suelen aportar sólo visiones sesgadas. La reposición de las pérdidas hemáticas supone un factor añadido a la alteración inmunológica.La aplicación de técnicas anestésicas nuevas, la optimización de los procedimientos en uso, la utilización de modernos fármacos con menor efecto inmunodepresor, o las alternativas a la utilización de sangre homóloga son algunas de las soluciones planteadas, y representan un apasionante campo de estudio en el que, hoy día, el anestesiólogo tiene un papel determinante, como quizá nunca lo tuvo (AU)
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